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REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... The nation which we have in mind feels that perhaps an increased navy would be a strong factor in securing to her a continuation of the always to be desire condition of peace. We have thought it would not be incompatible with the dignity of the Government of your Excellency, to lend its aid in securing this result, if consideration can be given to our suggestion. If desirable the writer would be very glad to discuse the matter in person, at a time and place convenient... Nuestro sorprendido representante informaría al Ministerio de Estado de la enigmática carta para, dos días más tarde, contestarla de manera escueta sugiriendo que, al no tener competencias para tomar la determinación adecuada, dicha propuesta fuera presentada de nuevo por conducto oficial; es decir, a través de la embajada americana con el fin de que se hiciera llegar a Madrid. Hemos deducido (33) que quien estaba realmente detrás de esta oferta era el gobierno chileno. Recordar aquí que la corporación neoyorquina Todd adquirió en 1915 en Seattle el astillero que precisamente había construido los dos submarinos para Chile, que acabaron en Canadá en 1914. Teniendo en cuenta que Argentina dispondría entre 1915 y 1916 de los dos Dreadnougths encargados en los Estados Unidos, y que sin embargo los navíos chilenos de este tipo, que se construían en Gran Bretaña, acabaron requisados por la Royal Navy, el equilibro militar-naval aparente (o discreta equivalencia) que desde 1902 existía entre las dos naciones quedaba roto (34), por lo que la única posibilidad de equipararlo era comprando un acorazado a una potencia neutral. Ni que decir tiene que la propuesta no sería considerada por el EMA, siendo archivada a mediados del mes de marzo, durmiendo el sueño de los justos hasta nuestro hallazgo. (33) Al principio pensé en Italia, que por aquellas fechas aún no había entrado en guerra, pero comentada la cuestión con el reputado historiador naval Cristino Castroviejo, señaló a los chilenos, con unos argumentos que vamos a pasar inmediatamente a ver, y que son en mi opinión, lo suficientemente convincentes. (34) Los problemas entre ambas naciones, como se puede suponer, eran fronterizos. A principios del siglo XX medió en la disputa Inglaterra, que posibilitó los conocidos como Pactos de Mayo, que otorgarían 42.000 km2 a Argentina y 48.000 km2 a Chile, pasando la línea demarcatoria por donde mejor les pareció a ambas naciones, aunque a la postre la solución no sería del todo satisfactoria para ninguna de ellas. Entre 1965 y 1967 se produjeron incidentes armados en la frontera, solicitando ambos gobiernos en 1971 una nueva mediación de los británicos, pero el rechazo de Argentina al laudo arbitral de 1977 casi deriva en una confrontación bélica abierta en las navidades del año siguiente. En diciembre de 1980, la Santa Sede se ofrecería a mediar en el conflicto, arbitrio que fue aceptado y que se resolvió en 1984 con un Tratado de Paz y Amistad que zanjó la espinosa cuestión de soberanía del canal de Beagle. 376 Agosto-septiembre


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