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REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... mente posicionados tendrían la oportunidad de atacar. Y los dirigibles, como descubierta aérea del grueso, le informarían de la entidad de la fuerza de reacción enemiga, de modo que si esta fuese inferior pasarían al ataque y en caso contrario emprenderían la retirada. Con esta idea, se llevaron a cabo dos operaciones que por diversas causas no tuvieron éxito. El mando alemán decidió emprender una tercera operación. Los cruceros de batalla de Hipper bombardearán Sunderland para provocar la reacción británica, y para contrarrestarla también se contaba con una decena de submarinos, que se posicionaron cerca de las bases enemigas. La ejecución de este plan de operaciones condujo a la batalla de Jutlandia. Las flotas se hacen a la mar La flota alemana se hizo a la mar el día 30 de mayo, pero como el estado del tiempo no permitía operar a los zepelines Von Scheer cambió su plan. Sus cruceros de batalla, en lugar de bombardear Sunderland, llevarían a cabo una incursión hacia Skagerrak y actuarían como fuerza de exploración en vanguardia a unas 50 millas del grueso. Los británicos disponían de las claves secretas, gracias a que los rusos las capturaron del crucero Magdeburg, que encalló en el Báltico, y enviaron una copia a Londres, lo que les permitía descifrar algunos de los numerosísimos mensajes que trasmitían los alemanes. Precisamente fue ese intenso tráfico telegráfico lo que convenció al Almirantazgo de que el enemigo estaba gestando una operación de envergadura. Alertó a Jellicoe, que salió a la mar con toda la Grand Fleet desde Scapa Flow, Cromarty y Rosyth, incluso antes de que lo hiciera la Hochseeflotte. A Beatty, que mandaba los seis cruceros de batalla de Rosyth, Jellicoe le ordenó que se encontrara a las 14:00 horas del día siguiente en un punto situado a unas 100 millas a poniente de Lim Fjord, en la costa norte de Jutlandia, y que a dicha hora debería arrumbar al Norte para reunirse con él, que se encontraría a unas 70 millas al NNW. Asimismo, Jellicoe, consciente de la debilidad de sus cruceros de batalla frente a los de los alemanes, reforzó la escuadra de Beatty con cuatro poderosísimos acorazados clase Queen Elizabeth del contralmirante Evan Thomas. Así pues, en la tarde del día 30 las dos flotas se hicieron a la mar. A título indicativo reseñar que en la Grand Fleet, Jellicoe tenía bajo sus órdenes a 14 almirantes embarcados. Las fuerzas en presencia eran las siguientes: — Veintiocho acorazados Dreadnought británicos por 16 alemanes. Además estos contaban con otros seis pre-Dreadnought. — Nueve cruceros de batalla ingleses frente a cinco alemanes. Además los ingleses contaban con ocho cruceros acorazados. 268 Agosto-septiembre


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