Page 85

REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... Existe también lo que se llama el dominio negativo del mar, que busca la negación del empleo de las vías de comunicación al enemigo por medio de la utilización de unidades aisladas, sean de superficie, aéreas o submarinas, y este fue el caso de Alemania en las dos guerras mundiales que tuvieron lugar en el siglo XX. La guerra naval se rige por una serie de principios que es preciso tener presente por aquellos a los que está encomendada su conducción. El primero de ellos debe ser la selección y sostenimiento del objetivo, algo que tiene que ser considerado como el Principio Maestro, que generalmente es la destrucción o neutralización de la flota del enemigo. La importancia de los restantes principios variará en función de la naturaleza de la operación; por ello no son enumerados por orden de prioridad. Los principios más destacables son: Sostenimiento de la Moral, Acción Ofensiva, Seguridad, Sorpresa, Concentración de Fuerzas, Economía de Esfuerzo y Flexibilidad. Todos ellos están supeditados al logro del Principio Maestro. La guerra no es una ciencia exacta y no existen fórmulas mágicas para la aplicación general o la combinación proporcional de los principios. Si bien es cierto el dicho de que «rechazar un principio es cortejar un desastre», no es menos cierto que minimizar la provisión hecha en un plan para uno o más de los principios es, si se ha hecho deliberadamente después de considerar todos los factores, la marca del genio. La realidad es que pueden ser asimilados los principios para que salten a la mente cuando sean requeridos, y el principal problema consiste en decidir el énfasis que hay que poner en cada uno para enfrentarse con las necesidades del momento. El arte de hacer la guerra constituye la habilidad en variar ese énfasis de la manera adecuada y de acuerdo con las variables circunstancias de cada momento. A la hora de tomar decisiones rápidas, la aplicación de los principios debe ser instintiva y automática, y la experiencia que lleva a una adopción correcta es en la guerra donde mejor se adquiere; sin embargo, puede hacerse mucho con el entrenamiento de cuerpo y espíritu y con el estudio en tiempo de paz para tomar decisiones correctas y rápidas en la guerra, por lo que se estudian e instruyen las aplicaciones de estos principios en las operaciones llevadas a cabo en las escuelas de Guerra. Es muy importante hacer un análisis del pasado y, de manera especial, de los pasados fracasos. El estudioso debe ser consciente de que hay muy poco mérito en establecer que el fracaso fue debido a desatender un principio determinado. Esto en sí es fácil de hacer con todos los elementos de juicio obtenidos a posteriori, pero no conduce en sí mismo a ninguna parte. Lo que tiene que pensar el analista es que el fracasado jefe lo hizo lo mejor que pudo, y además las naciones con doctrina de guerra basada en principios sólidos aceptaron al citado jefe como totalmente competente. Solamente con estas hipótesis, acompañadas de un alto espíritu de humildad, debe intentar el analista o 284 Agosto-septiembre


REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014
To see the actual publication please follow the link above