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REVISTA GENERAL DE MARINA AGOSTO SEPTIEMBRE 2014

PRIMER CENTENARIO DEL INICIO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL... buques ingleses sobre el horizonte, mientras que las de los buques alemanes, proyectadas sobre el elevado fondo montañoso que constituyen los Andes, permanecían muy difusas para los directores de tiro ingleses. A esta hora Von Spee cayó una cuarta hacia el enemigo por giros simultáneos, ordenando abrir fuego al estar a 10.400 metros. A la tercera salva, el Scharnhorst centró al Good Hope destrozándole el cañón de proa de 243 mm. Cada buque alemán hizo fuego sobre el correspondiente de la línea enemiga, actuando los ingleses de la misma forma. El Otranto, muy castigado por el Dresden, salió de la línea sin ser perseguido. El Gneisenau también centró el tiro a la tercera salva, produciéndose incendios en los buques ingleses, que trataron de cerrar distancias sin conseguirlo al ser machacados por el fuego alemán hasta que anocheció. Después de poner fuera de combate al Monmouth, que se vio obligado a retirarse, los dos cruceros acorazados germanos concentraron su fuego sobre el Good Hope, que se defendía bravamente. Poco después el crucero acorazado desapareció en el abismo arrastrando consigo al valiente vicealmirante Cradock y a casi un millar de hombres. Con la oscuridad cesó el fuego después de 52 minutos de intenso cañoneo. El Monmouth, haciendo agua, se dirigió al Norte perseguido por el Nuremberg, que lo hundió a 21:00 horas. El Glasgow, que había recibido cinco impactos, se alejó hacia el oeste. Los alemanes solamente tuvieron insignificantes daños en los Scharnhorst y Gneisenau. Pero no era la pérdida de 1.654 hombres y de los dos cruceros acorazados ingleses lo que dio mayor importancia al combate, sino el dominio de las aguas sudamericanas del océano Pacífico por la escuadra alemana. La inmediata consecuencia fue la paralización del tráfico marítimo con Sudamérica. El dominio de esta zona era decisivo para el aprovisionamiento de nitrato de Chile, tan importante en la fabricación de municiones. Después del combate, se dirigió la escuadra a Valparaíso, donde fue muy bien acogida por la colonia alemana. Allí pudo Von Spee aprovisionarse de carbón y, como cosa curiosa, hizo testamento, lo cual no tenía nada de particular, pues era consciente del despliegue que los ingleses habían efectuado tanto en el Pacífico como en el Atlántico. Los británicos buscarían a toda costa la destrucción de la escuadra alemana, pero Von Spee estaba dispuesto a tener en jaque a la Gran Flota, y si el almirante de la Flota de Alta Mar actuaba en consecuencia y con el debido animus pugnandi, podría sostener un combate en mejores condiciones con el resto de la Flota británica. La cantidad de unidades de la Royal Navy, y también japonesas, movilizadas después de este desastre fue enorme, y no era para menos, pues, en relación con los medios empleados, esta fue la mayor derrota naval sufrida por Inglaterra durante la guerra. El almirante Cradock, heroicamente muerto, fue disculpado por el Almirantazgo, declarando que su decisión de enfrentarse con la escuadra alemana 2014 291


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