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MEMORIAL INGENIEROS 90

MEMORIAL DE INGENIEROS N.º 90 I N G E N I E R O S 16 A continuación se vertía la masa en carretillas y se transportaba a la zona de llenado de sacos. Allí los sacos se rellenaban por medio de un “llenador de sacos”, que no es otra cosa que un “embudo” de chapa ad hoc. La operación no cuesta más de un minuto por saco y hom-bre. Se recomienda la utilización de sacos de poliamida frente a los de yute. Una vez lleno el saco se vibraba el hormigón por el procedi-miento de picado con una “pata de cabra”, se cerraba y se compactaba golpeándolo contra el suelo. Posteriormente, se iban disponiendo los sacos en su sitio conformando la obra de fortificación en cuestión, asentándolos en su posición co-rrecta con ayuda de un “pisón de mano”. En este momento es muy importante prestar aten-ción a las uniones laterales entre sacos, con el fin de no dejar un espacio potencialmente más débil entre ambos. Una compactación enérgica con el pisón garantizará que la unión entre un saco y el contiguo sea la adecuada. Un indicio de que se ha alcanzado un grado de compac-tación alto es la aparición de pequeñas gotitas de agua entre las fibras del saco. La colocación de los sacos terreros ordinarios no es algo trivial, pero tampoco difícil. Senci-llamente, requiere un poco de práctica y aten-ción para que cada saco quede perfectamen-te asentado antes de continuar disponiendo La compactación de los sacos rellenos de hormigón es muy efectiva y fácil de realizar. Una alta compactación redunda en una mayor resistencia El personal del BZ participó en este proyecto con especial ilusión y expectación los siguientes. De lo contrario, una colocación precaria puede dar al traste con toda la obra, su consiguiente desmoronamiento y vuelta a repetir el trabajo. La colocación de los sacos terreros rellenos de hormigón no es diferente, pero, al menos, cuen-ta con la ventaja de que existe la posibilidad de “coser” los sacos mediante la introducción de barras de acero corrugadas. La introducción de barras no presenta ninguna dificultad: se En ejercicios de tiro se contrastó la pueden clavar varillas de acero corrugado Ø16 capacidad de protección de los muros de de unos 50 o 60 cm de longitud, y hasta tiras sacos terreros rellenos de HRFA frente a los de 100 o 120 cm de Ø8, con la ayuda de un muros de sacos terreros ordinarios simple martillo o con una almádena si se prefiere. Una vez endurecido el hormigón, estas barras aseguran, suficientemente, la rigidez final de la obra de fortificación. En particular, conviene prestar atención a las uniones laterales de un saco con los conti-guos. Si un saco no se coloca en íntimo contacto con el de al lado, se corre el peligro de dejar una pequeña fisura en la unión de ambos sacos, que sería un punto débil por donde podrían penetrar fácilmente los proyectiles. Esa falta de continuidad es un peligro po-tencial tanto en los muros de sacos terreros ordinarios como en los de sacos rellenos de HRFA, por eso, tradicionalmente, los muros de sacos terreros tienen un espesor doble.


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