crónicas de a bordo BIP 41 P.—¿qué aspectos son los que representan mayor dificultad cuando se vive a bordo de un buque durante tantos meses seguidos? R.—Son múltiples las dificultades de vivir a bordo tanto tiempo y probablemente ése ha sido uno de los puntos más negativos del Despliegue. A pesar de esta buena habitabilidad, éste no deja de ser un barco de guerra. El buque está preparado para navegaciones mucho más cortas y no para alojar a más de cien personas durante cerca de un año. Ha sido muy difícil para todos en ese aspecto ya que no salir nunca del lugar donde trabajas te impide desconectar y descansar adecuadamente. P.—¿Cómo se ha desarrollado la relación con los compañeros tras un período tan largo de convivencia a bordo? R.—En toda convivencia existen roces, diferencia de opiniones y discusiones, ésta no iba a ser la excepción. Es algo inevitable y más cuando se juntan factores como el estar lejos de la familia y de los amigos, o el estar 24 horas con las mismas personas viviendo y trabajando. Pero a pesar de todo eso, la relación ha sido muy fácil porque la calidad humana a bordo es excepcional. P.—¿Ha encontrado equilibrado el tiempo de trabajo y el dedicado al ocio y tiempo libre? R.—No demasiado. Hemos tenido tiempo libre casi cada fin de semana, pero en comparación a un año normal el tiempo de ocio y descanso se ha visto muy reducido, ya que hemos navegado casi todas las semanas. P.—¿Cuál es su impresión general de esta experiencia vivida? R.—En general, y a pesar de todas las dificultades que ha acarreado el estar un año fuera, personalmente ha sido positiva. He podido relacionarme con gente de otros países, conocer nuevos lugares, culturas y costumbres. Y, por supuesto, mejorar el inglés. Es natural de Béjar e ingresó en Armada en 2006, tras su paso previo por el Ejército de Tierra. Actualmente está destinado en el Cuartel General de la Flota. Tras solicitar comisión de servicio al BAC Cantabria en su primera rotación, ha participado en este Despliegue apoyando a la Oficina del Detall y como una de las piezas que componen la Guardia Interior cuando el barco está navegando. P.—¿Ha encontrado muchas diferencias substanciales entre la forma de actuar de las dotaciones australianas y españolas? R.—No he tenido la suerte, como algunos de mis compañeros, de poder navegar en algún buque de la Marina Australiana pero sí he convivido con ellos cuando han estado a bordo del Cantabria, y las diferencias son notables. Por ejemplo, sus Especialidades no se estructuran como las nuestras y la relación entre los distintos empleos está mucho más delimitada, lo que se refleja en la forma de actuar. En el día a día hemos tenido más de una situación que nos ha dejado perplejas a ambas partes. P.—En lo relativo a la formación profesional, ¿ha notado alguna diferencia a favor o en contra? R.—Respecto a su formación la diferencia más notable es la especialización. Nosotros podemos actuar en diferentes áreas. Ellos no, se dedican en exclusiva a una Especialidad e incluso a un mismo tipo de buques. No sé si su sistema es mejor o peor que el nuestro pero, particularmente prefiero abarcar distintas especialidades ya que me aporta mayor versatilidad y mejora mi capacidad profesional. Como comenté anteriormente, no pude embarcar con su Flota pero, por el tiempo que compartí con ellos a bordo y sus expresiones durante las vigilancias, creo que preferían nuestro sistema de trabajo. P.—¿Cómo calificaría la calidad de vida a bordo? R.—Muy buena. La habitabilidad del buque es más que satisfactoria. Contamos con zonas de ocio, gimnasio, sala de estudio, etc. que son relativamente amplias y están en buenas condiciones. P.—¿qué aspectos son los que representan mayor dificultad cuando se vive a bordo de un buque durante tantos meses seguidos? R.—El no tener a la familia cerca es sin duda una de las mayores dificultades de estar a bordo. Es inevitable pensar en ellos. Por otro lado, el trabajo diario, los constantes cambios horarios, el cansancio acumulado por tantos meses… todo influye. P.—¿Cómo se ha desarrollado la relación con los compañeros tras un período tan largo de convivencia a bordo? R.—Por lo general ha sido muy buena. Es evidente que no todo el mundo se levanta feliz y contento todos los días del año y que cada uno tiene una familia detrás, con sus preocupaciones y sus historias particulares. Por ello, tenemos que apoyarnos unos en otros para seguir animados cada día hasta llegar a casa y eso ha sido un punto fuerte de este Despliegue. P.—¿Ha encontrado equilibrado el tiempo de trabajo y el dedicado al ocio y tiempo libre? MRO. (ADM), Miguel Ángel Gómez Niso
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