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trabajo del centenario), se produjeron una serie de acontecimientos, en el ámbito del nuevo Servicio, de los que veremos los más relevantes. Sobre el empleo del aeroplano en misiones de guerra, que es para lo que se estaba preparando el Ejército español, se supo que, el 22 de octubre de 1911, los aviadores italianos, capitanes Piazza y Moizo, habían realizado los primeros vuelos de reconocimiento con aviones militares sobre campamentos turco-árabes en los alrededores de Trípoli y que, pocos días después, el 1 de noviembre, el teniente Gavotti lanzó a mano desde su aeroplano Etrich cuatro bombas esféricas sobre una concentración enemiga. Esta noticia fue recogida por la prensa del mundo entero y en España lo hicieron revistas como Nuevo Mundo, Blanco y Negro, Mundo Militar, Memorial de Ingenieros y la catalana Aviación que, en su número de 15 de noviembre, dió la noticia en portada. Abundando en el tema de los primeros bombardeos, también sabemos por el entonces teniente Carlos Martínez Campos que Italia “había enviado a Tripolitania un buen número de aparatos voladores desde los que se habían lanzado bombas, por lo que no tardará el día en que el aeroplano se convertirá en una verdadera arma ofensiva”39. Un año más tarde, recogiendo noticias de Italia, el Memorial de Artillería publicaba lo siguiente: “A consecuencia de las enseñanzas adquiridas en la campaña de Trípoli, los italianos han ido aumentando el peso de los proyectiles destinados a ser arrojados por los aviadores. Un nuevo proyectil de 10 kg de forma cilíndrica...”. Como era lógico el flamante Servicio de Aeronáutica Militar español siguió con gran interés todo lo relacionado con el lanzamiento de bombas desde los aeroplanos, estando siempre perfectamente informado. Finalizaba el año 1911 con la adquisisón de aeroplanos Nieuport y un nuevo Henry Farman dotado de un estabilizador Doutre avión que, por esta circunstancia, sería conocido como el Doutre y se estaba trabajando ya con la 2ª Promoción en la que, los Ingenieros perdieron la hegemonía inicial dando acceso a Oficiales de otras Armas. Lo peor fue, sin duda, el primer accidente grave, sufrido por Arrillaga en el que éste quedó inútil para el Servicio causando baja en el Ejército. El año 1912 comenzó con una petición proveniente de Inglaterra en cierto modo sorprendente: el Agregado Militar en la Embajada de España en Londres trasladó a la Comisión Experiencias un escrito40 del War Office por el que, argumentando que proyectaban crear una sección de aviación en el Ejército inglés, solicitaban información sobre el proceso de instauración seguido en España, incluyendo material, dimensión de la flota, personal, funcionamiento de la escuela, organización prevista para la batalla y un largo etcétera, es decir, requerían una información completa incluyendo globos y dirigibles. La respuesta de la Comisión, firmada por el coronel Rodríguez Mourelo, correcta en los términos pero carente de información sensible, se limitó a manifestar que dado que la Comisión se hallaba en período experimental “no puede concre- Ocurrió un hecho singular, casi una anécdota. José Barradat Guille, vecino de Barcelona presentó, en la sección de Ingenieros del Ministerio de la Guerra, una memoria con planos y dibujos referentes a un nuevo procedimiento, por él inventado, para adiestrar aves para combatir los aeroplanos > 49


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