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AEROPLANO 29

CONSIDERACIONES PRELIMINARES Aunque el interés de la monarquía hispánica por las máquinas voladoras se remonta a Carlos IIl, el primer testimonio sobre su aplicación práctica militar es una demostración realizada en el Escorial por oficiales y alumnos de la Academia de Artillería ante Carlos IV el 15 de noviembre de 1792. El éxito de la misma dio lugar a un interesante documento del Conde de Aranda publicado en “Memorial de Ingenieros”, según transcripción del Boletín de la Real Academia de la Historia por el académico Juan Pérez de Guzmán (10 de agosto de 1913). Sin embargo, las consideraciones castrenses sobre la utilización militar de los aviones pertenecen ya al siglo XX, en cuya primera década comienzan los balbuceos del nuevo invento. Desde 1903 todos los países miran hacia los más pesados que el aire sin que, inicialmente, reciban especial atención por las Armas combatientes. De ahí que sean muy pocos los centenarios de Aviación militar que se anticipen a 1910. En España se podía haber “madrugado” hasta ese año en el que se encarga a Kindelán la gestión para adquirir los primeros aeroplanos con presupuesto y propósitos de uso militar, así como terrenos para tal fin en la carretera de Extremadura. El año 1911 es el de los primeros vuelos militares de Cuatro Vientos (en el H. Farman, 15 de marzo) y del primer curso organizado para pilotos militares, donde cinco de ellos obtienen el título de piloto (Kindelán, Herrera, Arrillaga, Barrón y Ortiz de Echagüe) y donde se produce el primer accidente grave (capitán Arrillaga, inválido, 30 de diciembre) etc.etc. De que ahí 1911 haya obtenido el más amplio consenso como año del nacimiento de la Aviación Militar española. Decimos “nacimiento” porque así cabe una interpretación ecléctica al punto de partida del año jubilar, conciliando las diversas opciones, todas muy respetables, según nos refiramos a concepción, nacimiento o reconocimiento oficial. Con independencia de otras opiniones, se podría haber elegido 1910 cuando Vives emplea recursos para la investigación y compra de aviones (concepción), o la de 1913 cuando tiene reconocimiento oficial en el entonces “Diario Oficial” y entra en combate (bautismo). De ahí las consideraciones a las que nos remite el Capítulo I sobre la concepción, parto, y acta de nacimiento de la Institución que se conmemora, y en dicho capítulo quedan claras las razones por las que, existe una práctica unanimidad, en que sea 1911, el año de partida de las actividades de la Aviación Militar española. Gomá decía que “la aviación no ha tenido tiempo, ni se ha preocupado, de escribir su historia como lo hicieron las armas viejas” (Historia… II, 602). Historia que no es un “continuum”, pero tampoco un “totum revolutum” y las diversas fases de su evolución tal vez hayan propiciado algunos tropiezos a causa de las diferentes doctrinas –a veces contrapuestas–, que condujeron a su decantación definitiva como Arma combatiente. No olvidemos que el preámbulo de la disposición que creó el Servicio todavía consideraba que éste “podrá con el tiempo tener aplicaciones que aún no resultan prácticas”. Era 1913 y los resultados se vieron inmediatamente en Marruecos (pero no hubiera sido posible sin el trabajo anterior de formación del personal y de adquisición de nuevo material): tras Marruecos y la Gran Guerra, nuestra contienda civil y la 2ª Guerra Mundial…España estuvo al margen de la Europea y de la Mundial, pero sus heroicas actuaciones en el Rif y en el enfrentamiento ítalo-germano-soviético de nuestros cielos, dejaron exhaustos los escalafones y obsoleto nuestro material en muy poco tiempo. Y, casi siempre, con discrepancias terrestres y navales. Dos guerras importantes, separadas por la época de los grandes vuelos, con dos Dictaduras, una antecedente a la Segunda República y otra consolidada tras el cruento enfrentamiento civil, alumbraron una Transición que restableció el régimen monárquico y con él una reintegración europea, que pese al apoyo norteamericano no se materializó hasta fechas históricamente muy recientes. Trayectoria muy compleja, nunca plenamente aceptada por nuestros aliados naturales y, con frecuencia, desinformada y maniquea… Así que no es de extrañar que una visión de conjunto sobre cualquier aspecto singular de nuestra evolución moderna presente luces y sombras. Así sucede con nuestra aviación militar, controvertida por consideraciones políticas espúreas, integraciones indigestas y legitimismos seudodemocráticos que oscurecieron su auténtica evolución. Evolución natural que, iniciada por “aquéllos locos con sus viejos cacharros”, desemboca 100 años después en el flamante Ejército del Aire, independiente y prestigioso, respetado y presente en todo el Mundo. Un siglo es mucho tiempo y no es nada, según se mire. Los mayores que todavía incordiamos con nuestros escritos, estuvimos bajo el mando de nuestros pioneros y hablamos de tú a tú (es un decir) con muchas figuras señeras que conocimos en su gloriosa ancianidad. Así que podemos dar fe, con testimonios de primera mano, de gran parte de la historia que ahora conmemoramos, pues volamos sus aparatos de museo, escuchamos sus “batallitas” de viva voz y leímos, aún calientes, sus escritos. 8 Centenario de la Aviación Militar española JOSÉ RAMÓN MARTELES LÓPEZ Miembro de número del SHYCEA El año 1911 es el de los primeros vuelos militares de Cuatro Vientos (en el H. Farman, 15 de marzo) y del primer curso organizado para pilotos militares, donde cinco de ellos obtienen el título de piloto (Kindelán, Herrera, Arrillaga, Barrón y Ortiz de Echagüe) y donde se produce el primer accidente grave (capitán Arrillaga, 30 de diciembre)


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