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REVISTA AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 843

Tal y como comentaba antes, el espacio en la cabina es reducido y llevar el equipo de emergencia es racionalmente obligatorio. Estamos hablando de una balsa con doble fondo, en la cual debería ser capaz de subsistir al menos siete días. También un paracaídas en caso de encontrarme con un mar arbolado que impidiera un amerizaje seguro y la capacidad de saltar con la balsa y su equipo de supervivencia. Por ello ya está diseñado un sistema de suelta rápida de la balsa, con la que me lanzaría de forma similar a los paracaidistas militares con equipo pesado . Un casco, para protección de la cabeza en caso de destrucción de la cúpula por frío, y todo el equipo de supervivencia polar, que incluiría localización mediante baliza y tinte colorante similar al que se usa en el mar. También un traje que permita temporalmente la supervivencia en el mar, y oxígeno para al menos los tres minutos que necesitaría para evacuar el avión e inflar la balsa, caso de quedar con la cabina por debajo de la superficie después de un amerizaje. El vuelo en sí es difícil, pero más aún establecer todas las alternativas, definirlas y solucionarlas. La construcción del avión llevó 10 años, básicamente por las modificaciones expuestas. El motor elegido, una mejora de un Lycoming IO 360 hecha por la empresa XP Superior, con mejores calidades, lubricación y menor consumo. Su encendido es mezcla de electrónico y clásico de magnetos, siendo el segundo automático en caso de fallo del encendido electrónico más eficiente. La hélice, metálica y de velocidad constante, bipala con objeto de hacerla más eficiente en cuanto a consumo de combustible, y de mayor diámetro (74 pulgadas) que la estándar de 72 pulgadas. El avión está completamente equipado IFR, con transpondedor modo S, piloto automático y comunicaciones VHF con separación de canales de 8,33hz. Irá dotado con comunicación vía satélite Iridium y de seguimiento en tiempo real. También dotado de cámaras exteriores e interiores. Está prevista la instalación de un aetalómetro para recoger datos de CO2 alrededor del mundo a una altitud media de 5.000 pies, en colaboración con la Universidad de Granada, en concreto CEAMA. Esta instalación seguramente se llevará a cabo independientemente del vuelo, a fin de colaborar en el estudio de la atmósfera y del cambio climático. El vuelo de efectuará en solitario, aunque está previsto que en lugares emblemáticos (como el Salto del Angel, Cristo del Corcovado, etc) puedan tomarse imágenes desde otras aeronaves para crear un documento audiovisual de calidad. La colaboración del Ejército del Aire, aprobada por el Estado Mayor del Aire, gracias de nuevo a su Servicio Histórico SHYCEA, y al Gabinete del Estado Mayor, se prestará en forma de apoyo internacional y con equipos de supervivencia compatibles con el vuelo. Gracias a su apoyo y con la colaboración del Ala 35, he podido efectuar un vuelo de prueba a 24.000 pies de altitud de densidad, usando el sistema de oxígeno proporcionado con su regulador a demanda. El objeto del vuelo de prueba no buscaba comprobar el techo del avión, sino la integridad de la cúpula, aunque la temperatura alcanzada fue solamente de 22 grados bajo cero, lejos de los 40 que hubiese deseado. También me proporcionó el Ala 35 un mono especialmente diseñado para resistir el impacto del oxígeno líquido en caso de una fuga durante una recarga, es decir temperaturas de menos 185 grados. Una vuelta al mundo por los Polos requiere un nombre de proyecto: “Cielo Polar” recoge toda la ilusión y trabajo, el sueño y la fantasía. EL SUEÑO El sueño de explorar nuestro planeta desde ese lugar tan privilegiado que es el cielo, recorrer la geografía africana, desde los desiertos, pasando por el Kilimanjaro y las cataratas de Victoria hasta Madagascar. Recorrer todo el océano Índico, el continente australiano y Nueva Zelanda. Descubrir los lugares tan vírgenes como remotos, la Antártida en su esplendor. La costa Este sudamericana, el Amazonas, Méjico, y gran parte de Norte América para finalmente volar sobre las aguas heladas del Polo Norte y volver a Madrid a través de Islandia. La ilusión de poder compartir todos los momentos, que sé que serán de todo tipo, y continuar con el espíritu de homenaje al 75 aniversario del Ejército del Aire. Un sueño condicionado pero no cerrado, con un avión ya preparado y la experiencia acumulada. Un sueño igual a los anteriores sueños que se hicieron realidad REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA /Mayo 2015 453


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