Page 211

REVISTA HISTORIA MILITAR 116

CERVANTES SOLDADO DE LA INFANTERÍA ESPAÑOLA 211 soldados profesionales, denominados tercios, divididos a su vez en compa-ñías, mucho más operativos en las campañas bélicas por su capacidad de Revista de Historia Militar, 115 (2014), pp. 207-242. ISSN: 0482-5748 maniobra y acción. Otras referencias cervantinas que aluden a estos primeros momentos de su vida de soldado las encontramos en algunas de sus Novelas ejempla-res. En Las dos doncellas, preguntado un personaje de dónde era y adónde se encaminaba: «… Dijo que venía de Sevilla y que su designio era pasar a Italia a probar ventura en el ejercicio de las armas, como otros muchos es-pañoles acostumbraban …», y tras narrar su infortunio al caer en manos de unos bandoleros concluye: «… quise venirme a Italia, como os he dicho, y seguir el camino de la guerra, por quien vienen, según he visto, a hacerse ilustres aun los de escuro linaje».7 En boca de Berganza en El coloquio de los perros, vuelve Cervantes a recordar su época de soldado cuando cuenta el perro que, huyendo de uno de sus amos: «Quiso mi buena suerte que hallé allí una compañía de soldados que, según oí decir, se iban a embarcar a Cartagena. Estaban en ella cuatro rufianes de los amigos de mi amo, y el atambor era uno que había sido corchete, y gran chocarrero, como lo suelen ser los más atambores. Conociéronme todos y todos me hablaron … pero el que más afición me mostró fue el atambor, y así, determiné de acomodar-me con él, si él quisiere, y seguir aquella jornada aunque me llevase a Italia o a Flandes».8 Más explícito se muestra el escritor en El licenciado Vidriera cuando por boca de este narra su experiencia: «Y al bajar de la cuesta de la Zambra, camino de Antequera, se topó con un gentilhombre a caballo, vestido bizarramente de cami-no, con dos criados también a caballo. Juntóse con él y supo como llevaba su mismo viaje. Hicieron camarada, departieron de diversas como tales hasta el siglo xviii. Voz «batallón». Almirante, J.: Diccionario militar, 1872; ree-dición MINISDEF, 1989. 7  Cervantes Saavedra, M. de: Novelas ejemplares, Barcelona: Crítica, 2001, págs. 455, 457 y 584 respectivamente. 8  Los atambores y pítaros o pífanos eran soldados necesarios en los tercios y compañías, pese a ser poco considerados entre la gente de la milicia, tal vez por ese carácter socarrero o picaresco que señala Cervantes. Sancho de Londoño en El Discurso sobre la forma de reducir la disci-plina militar…, folio 15, describe su labor como imprescindible: «porque demás de levantar los ánimos de la gente con ellos, se les dan las órdenes que no se oirían ni entenderían a boca ni de otra manera. Por eso conviene que los atambores sepan tocar todo lo necesario, como recoger, caminar, dar arma, baterías, llamar, responder, adelantar, parar, echar bandos …».


REVISTA HISTORIA MILITAR 116
To see the actual publication please follow the link above