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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 316

El laboratorio de simulación de impactos es un enorme embudo con un lecho de arena en su interior que permite comprobar la capacidad de destrucción de un meteorito. que fueron necesarios para la aparición y evolución de la vida en el Universo. Está compuesto por astrónomos que han desarrollado varias líneas de investigación. A saber, la que estudia el medio interestelar y circunestelar; la que se centra en la formación y evolución de las estrellas —que permite, a su vez, conocer un poco mejor cómo se configuran los planetas—, así como aquella que se enfoca en objetos subestelares, tales como, las enanas marrones y otros cuerpos menores poco luminosos. Hay también un grupo de trabajo dedicado a analizar la formación y evolución de las galaxias, a través de los datos obtenidos con telescopios terrestres y espaciales. Cuentan también con un archivo de datos astronómicos y un observatorio virtual. Un segundo departamento del CAB es el de Evolución Molecular, en el que se estudia el surgimiento de «la chispa de la vida», es decir, el camino jalonado de complejidades que discurre desde la química inorgánica y la materia inerte hasta la aparición de la primera molécula capaz de autorreplicarse, con la que se daría el pistoletazo de salida al proceso de la evolución en su sentido darwiniano y, en consecuencia, a la biodiversidad. Dentro de este departamento se encuadran diferentes líneas de investigación: una de ellas se adentra en el estudio del material biológico, otras se centran en la evolución y la adaptación y abordan aspectos críticos previos al origen de la vida. También aquí, un grupo de trabajo investiga la adaptación de los microorganismos a condiciones extremas. Hay un tercer departamento bautizado como de Planetología y Habitabilidad. Una de sus áreas se dedica a estudiar la composición y estructura de los objetos planetarios al objeto de determinar su potencial de habitabilidad. Otra se encarga de caracterizar los ambientes extremos como hábitats de interés astrobiológico y su biodiversidad, con el fin de conocer los límites de la vida y facilitar su búsqueda fuera de la Tierra. Por último, se estudia el origen y evolución de las atmósferas planetarias, amén del impacto de la aparición de la vida en ellas y su posible detección a través de las llamadas «firmas biológicas» INSTRUMENTOS CIENTÍFICOS En todas estas líneas de investigación del CAB, juega un papel fundamental la experimentación. A veces en el laboratorio, y otras, en el campo, estudiando procesos naturales. Y, en ocasiones, se sale por fin al espacio, ya sea mediante observación remota o en la mismísima superficie de los planetas. En muchos casos, este trabajo experimental requiere del desarrollo de plataformas e instrumentos. Y ésa es la función que desempeña el Departamento de Instrumentación Avanzada. Algunos de sus diseños permiten obtener datos en contacto directo con el entorno o con la muestra o, al menos, desde una cierta proximidad. Otros sirven para la observación remota. Hay, además, un equipo que centra su labor en el desarrollo de cámaras de simulación de ambientes planetarios, así como en nanotecnología. Instrumentos todos que permitirán desentrañar poco a poco los secretos del Universo. Pero antes de pasar a la acción, el CAB es también un óptimo campo de pruebas, por ejemplo para simular la capacidad de destrucción de un meteorito. El Laboratorio de Simulación de Impactos del centro es un impresionante embudo de siete metros de diámetro, con un lecho de arena en su interior, contra el que un cañón lanza proyectiles a una velocidad de 500 metros por segundo. De este modo, se simulan impactos sobre diferentes estructuras y se reproducen con toda fidelidad los cráteres a los que pueden dar lugar bajo diversos parámetros y condiciones. Gracias a lo aprendido con experimentos como estos se podría, por ejemplo, interrogar a cierta oquedad que perfora el suelo de la región nigeriana de Zagami y averiguar que su causante fue un meteorito de 18 kilos que vino cierta tarde a la Tierra desde Marte, y uno de cuyos trocitos se ha quedado finalmente a vivir en el CAB. Sin duda, la casa del Universo. Marta Quintín Fotos: INTA y Pepe Díaz Muchos de los instrumentos que los investigadores utilizan para desentrañar los secretos del Universo se diseñan en el propio centro. Abril 2015 Revista Española de Defensa 21


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