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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL Nº 891 JUN 2015

REVISTA EJÉRCITO • N. 891 JUNIO • 2015  75  relevan periódicamente destinándose a Mallorca los regimientos de Infantería: Soria, Castilla, Guadalajara, Luchana, Asturias, Galicia, África, Borbón, Sevilla, Milán, Cariñena, España, Lombardía, Tetuán, etc; de Caballería: Dragones de Chafort, Cartagena, Edimburgo, Francia, Orán, Lusitania, Almansa, Batavia y Numancia. También hubo unidades de mercenarios, generalmente alemanes y suizos, a las que daban nombre sus coroneles, como el Regimiento Brabante, Güeldres, Bestchart, Yann, Buch, Courlen, Ehzler y Wimpffen. La primera movilización importante que tuvo como escenario uno de los territorios que conformaban la Capitanía General tuvo lugar entre 1738 y 1741. Ante las crecientes tensiones entre España y Gran Bretaña a causa del comercio con América (tensiones que finalmente dieron lugar al conflicto conocido como la Guerra de la Oreja de Jenkins), el gobierno de Madrid ideó una maniobra de distracción en el Mediterráneo, concretamente el intento de tomar Menorca. Aunque el protagonismo en la organización de la expedición se llevó desde fuera de la isla, sobre todo desde Barcelona, resulta evidente que la Capitanía General debió realizar un importante esfuerzo. Piénsese que el plan supuso la llegada a la isla de los regimientos Castilla, Soria, Guadalajara, África (1.267 hombres), Sevilla (1.050 hombres entre granaderos y fusileros en octubre de 1741), Galicia (entre 600 y 700 efectivos) y la Corona (1.099 hombres), cada uno con dos batallones. Se tuvo que alojar a todo este contingente no solo en la capital, sino también en otras localidades como Llucmajor, Felanitx, Inca y Alcudia, así como los destacamentos enviados a las localidades portuarias de Andratx y Sóller ante el peligro de una invasión. La aportación de la Caballería vino de mano del Regimiento de Dragones de Orán, con unos efectivos que en 1740 se situaron entre los 440 y 480 hombres, aunque luego disminuyeron. Al hilo del intento de tomar Menorca entre 1738 y 1741 se dio una auténtica renovación de la artillería de la isla. El tren de batir que llegó desde Barcelona contaba con setenta cañones de bronce. Con ocasión de los preparativos, la plantilla ordinaria de la Capitanía General se reforzó con un comisario extraordinario de Artillería en Mallorca, D. Nicolás Mesmey, cargo que desapareció en 1743 cuando se abandonó el proyecto. El inicio de la Guerra de Sucesión de Austria abría un nuevo escenario donde Italia adquirió un mayor protagonismo desde el punto de vista ofensivo, por lo que buena parte de la tropa llegada en principio para la toma de Menorca se trasladó a aquella península. Mallorca e Ibiza, abandonado el proyecto de la toma de Menorca, dejaban de tener un papel en la estrategia ofensiva de la monarquía y recuperaban una función esencialmente defensiva, para lo cual era indispensable la modernización de la artillería. Buena parte de los cañones llegados a Mallorca con el fin de ocupar Menorca permanecieron en la isla para la defensa de costa. En concreto y según informe del Comisario Ordinario de Artillería en Mallorca, a partir de abril de 1743 quedaron allí cuarenta de los setenta cañones llegados, siendo los otros treinta enviados a Italia. La anexión definitiva de Menorca a España tras la Paz de Amiens afectó, obviamente, a la Capitanía, que a partir de entonces puede considerarse realmente Capitanía General de Baleares. La organización de la misma en Menorca se basaba en tres plazas fuertes: Mahón, Ciudadela y Fornells. El gobernador de la primera era el gobernador general de la isla, contando las otras dos con un gobernador y un ayudante. Se establecía en la isla un segundo jefe, un sargento mayor y tres ayudantes además de los residentes en Ciudadela y Fornells. GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Como en el resto de España, la Guerra de la Independencia fue una época de convulsión no solo bélica, sino también institucional. Cabe recordar que en principio todas las instituciones oficiales, también las militares, acataron las renuncias de Carlos IV y Fernando VII y que la oposición surgió de movimientos populares. A los primeros momentos de confusión siguió el de la creación de juntas. En las Baleares se creó la Junta Suprema de Mallorca, la cual, sobre todo en los primeros tiempos de su existencia, defendió ser el poder político y que la autoridad militar, incluida la del Capitán General, estuviera sometida a sus órdenes. Una


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