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contrastes y rencores, por gestos de coherencia y traspasos oportunistas con fugas descaradas de un campo al otro. Es lógico que en un clima como ese, muy pocos pensaran en reflejar en un libro su participación en las “guerras del Duce”. Así que, mientras sólo dos textos autobiográficos han sido publicados antes de la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial, habrá que esperar muchos años después de su finalización para que otras memorias sean entregadas a la imprenta. Y con frecuencia tendrá lugar tras la muerte del protagonista, por iniciativa de parientes, amigos o escritores de temas aeronáuticos. Las fuentes primarias que en la actualidad están a disposición de historiadores e investigadores constituyen, pues, un “corpus” heterogéneo que debemos abordar teniendo en cuenta el contexto en que fue escrito y publicado y, a menudo, las vivencias personales del mismo autor. Además, habrá que tener en cuenta, su honestidad al evocar acontecimientos y comportamientos incómodos. Al pasar revista a estos documentos, se ha decidido evaluar todos los libros en los que se puedan, en cualquier modo, reflejarse hechos, sentimientos y valoraciones de los protagonistas, aunque estén condicionados por posteriores cambios de idea o por intervenciones de terceros. El primer libro de un piloto de la Aviación Legionaria que salió a la luz es “Duelli aerei”3 de Enrico Degli Incerti publicado en 1939 por Editoriale Aeronautica4. Aunque editado el mismo año en que se acaba la Guerra Civil española, se trata de una obra póstuma. En España desde febrero de 1937, el teniente “Valentino Tocci” está adscrito a la 1ª Escuadrilla Caza y allí permanece cuando en el mes de abril la unidad se convierte en la 19ª Squadriglia encuadrada en el XXIII Gruppo “As de bastos”. Ascendido a capitán el 1 de julio, Degli Incerti asume el mando de la misma unidad y lo mantiene hasta su repatriación que tuvo lugar a finales de noviembre. Muere el 22 de julio de 1938, con tan solo 29 años, durante una exhibición acrobática sobre el aeropuerto de Rímini. Según la introducción anónima, el libro recogería las anotaciones del mismo capitán Degli Incerti redactadas “en los intervalos entre una acción y otra”. El texto está tan influido por el lenguaje y el espíritu de la época como para parecer hoy excesivamente propagandístico. Incluso en la efectiva descripción de los vuelos de guerra prevalece el concepto según el cual son siempre la osadía y la temeridad las que prevalecen; el adversario sucumbe porque es un vil y se bate por ideas bárbaras. Son pocas las fechas y los nombres, es decir los datos imprescindibles para la investigación histórica5. Del año 1941 es, sin embargo, “Viva la muerte. Diario dellʼAviación de El Tercio”6, una obra fundamental para quien quiera documentarse sobre los primeros meses de la guerra aérea en España. El autor es el Coronel Ruggero Bonomi, el oficial al que se le ha confiado el envío de los primeros bombarderos Savoia S.81 desde Elmas, en Cerdeña, a Nador y que más tarde desempeñó el mando de la Aviación del Tercio. El libro reproduce día tras día la actividad de los primeros cinco meses de guerra, desde el 28 de julio de 1936 hasta la constitución de la Aviación Legionaria, y revisa los acontecimientos sucesivos hasta la toma de Málaga. La confrontación con la documentación de archivo evidencia algunas inexactitudes de poca consideración, pero no menoscaba el significado y la importancia de esta obra. Bonomi es uno de los hombres-clave de la historia de la aeronáutica italiana. Iniciada la vida militar en la Academia naval de Livorno en 1914, pide y consigue entrar en la Regia Aeronautica en 1923, iniciando una brillante carrera: ayudante de vuelo di Francesco De Pinedo en la “Crociera delle due Americhe”, protagonista de las “Crociere” del Mediterráneo occidental y oriental, confiándole en 1930 los ensayos para el La 1ª Ella. escuadrilla de Tocci en noviembre de 1936. 59


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