CARTA DEL DIRECTOR Estimados y respetados lectores: N ocasiones anteriores hemos reseñado desde esta tribuna una singularidad común a todas las marinas del mundo, la especial trascendencia que en su quehacer diario tienen los usos, costumbres y tradiciones, así como el compromiso de la Armada en difundirlos, junto con sus valores, virtudes militares y su patrimonio histórico y cultural. Una exclusividad de las marinas de guerra tiene relación con los honores militares en general, y particularmente, en el caso de nuestra Armada, en los que corresponden a s. M. el Rey, el primer marino de España, mando supremo de las Fuerzas Armadas según se establece en el artículo 62, apartado h de la Carta Magna. Además de los honores que también deben rendirle los dos Ejércitos, los buques de la Armada ejecutan los honores navales de saludo a la voz, consistentes en siete voces de ¡Viva España! pronunciadas desde el puente de los buques, que son contestadas cada una de ellas con un ¡Viva! por toda la dotación desplegada por la banda que da frente a s. M., mientras los contramaestres hacen sonar pitadas cortas con sus chifles al unísono. Este saludo a la voz se ejecutará tanto en puerto como en la mar por el resto de buques de la Armada presentes. Esta tradición queda reflejada en la instantánea de la portada de este número, obtenida con ocasión del embarque de s. M. el Rey Felipe VI en la fragata Cristóbal Colón, la más moderna de nuestras unidades, durante la ejecución de un ejercicio de defensa antiaérea (ADEX) desarrollado en aguas del golfo de Cádiz el pasado mes de febrero. Otro de esos usos y costumbres, reseñados anteriormente, es el establecimiento por cada jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA) de los objetivos a perseguir, en los que concentrar los esfuerzos de la Institución durante su mandato, lo que queda plasmado en un documento con la denominación de Líneas Generales de la Armada, establecido por el actual AJEMA tras su toma de posesión en 2012. Aunque los condicionantes con los que fue elaborado son aún válidos, han aflorado indicios que han modificado el escenario. Por ello, en el mes de enero se emitió un nuevo documento en el que se actualizan las directrices con las que orientar la actividad de la Institución, ya que según se dice en la introducción del mismo: «...tras dos años navegando con meteorología adversa, ha llegado el momento de actualizar la situación en la carta, calcular la deriva y abatimiento, y ajustar el rumbo… hacer balance de lo conseguido hasta ahora, observando el grado de cumplimiento de las directrices y de 2015 387
REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2015
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