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REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2015

TEMAS GENERALES zado entre 1719 y 1756 por el marino y dibujante Juan José Navarro, marqués de la Victoria, y el Diccionario de construcciones navales, elaborado entre 1890 y 1892 por el pintor-restaurador del Museo Naval Rafael Monleón, e ilustrado con dibujos a la acuarela. Expedientes personales de los Cuerpos de la Armada, especialmente las «Hojas de Servicio», en las que se describen los acontecimientos de su vida militar, como los destinos en tierra y en buques, mandos y condecoraciones y todo un amplio historial del que se pueden extraer además interesantes descripciones de las comisiones desempeñadas y sus vicisitudes. Del Cuerpo de Oficiales de Guerra se conservan las pruebas testimoniales y documentales de nobleza y limpieza de sangre exigidas fundamentalmente en el siglo XVIII para el ingreso en las Reales Compañías de Guardias Marinas, de especial relevancia para los estudios genealógicos. Colecciones de copias de documentos sobre la Marina española medieval y moderna realizadas a fines del siglo XVIII en los archivos públicos y particulares españoles. Constituyen un aporte documental de extraordinario valor para conocer las actividades de la Marina en todo el mundo: viajes y descubrimientos, creación y evolución de los cuerpos de la Armada, enseñanza, construcción, organización y táctica naval. Estas cinco extraordinarias colecciones se encuentran atesoradas casi en su totalidad en los dos archivos históricos nacionales: el Archivo General de la Marina «Álvaro de Bazán» y el Archivo del Museo Naval. El Instituto de Historia y Cultura Naval En 1942, por decreto de la Presidencia del Gobierno se constituye, en el marco del Consejo superior de Investigaciones Científicas y con sede en el Museo Naval, el Instituto Histórico de la Marina. Este organismo fue el antecedente próximo del Instituto de Historia y Cultura Naval (en adelante, el Instituto), creado por Real Decreto en 1976 y reorganizado en el año 2000. Otro antecedente histórico destacable del Instituto, aunque en este caso no se trató de una evolución orgánica sino de una absorción, fue la incorporación al Instituto del Patronato de los Premios «Virgen del Carmen», creado en el año 1939 y que, aunque su finalidad estaba claramente expresada, «luchar contra el tradicional desinterés del español por la mar», la ejecución del decreto se expresaba de forma bastante confusa, tratando de asignar los premios recién creados a «aquellos núcleos de población costera más inmediata y directamente afectados». El proceso poco a poco se fue perfeccionando, y ya en 1945 se premian «las actividades de carácter social, técnico, artístico, literario, cultural, docente, divulgador o deportivo que se relacionen con el mar y sus problemas y sirvan para fomentar la afición marítima». En 1975 el Patronato pasó a depen- 442 Abril


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