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REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2015

TEMAS PROFESIONALES Esta cuantificación la asimila a la unidad, ya sea una fragata de tal clase, un cazaminas, un buque anfibio... pero es que el hecho de disponer de esta unidad debemos verlo, y lo que es más importante planteárnoslo, desde la perspectiva de las capacidades que aporta, aspecto clave al hablar de temas operativos: qué podemos hacer al tratar de la proyección del Poder Naval sobre tierra, del valor de lo anfibio. No es ni mucho menos casualidad que el componente terrestre de nuestras FF. AA. haya lanzado el concepto de brigada orgánica polivalente (20), documento en el cual, obviamente sin hacer ninguna referencia explícita, apunta a la esencia del modelo de la BRIMAR. Esto no es nuevo. sin embargo, la diferencia entre ambos actores es inabordable, inalcanzable. Uno será empleado en cualquier caso, mientras otro deberá esperar su oportunidad, máxima y honrada ambición, más allá de que el panorama estratégico presente, y siga presentando, las diferentes opciones de actuación en cualquier forma de las descritas u otras aún menos imaginables. En definitiva podemos afirmar, si no asegurar, como demuestra la historia reciente, que será necesario hacer frente a las nuevas amenazas o dar respuesta a las crisis en el segmento terrestre de la zona litoral, y que la posibilidad y la capacidad de actuar desde la mar seguirán siendo un valor seguro, seguirán constituyendo «el verdadero valor de lo anfibio». Para asegurar el adecuado aprovechamiento de las capacidades de la BRIMAR, y por ende del valor de lo anfibio, deberemos seguir perseverando en diversos aspectos. Por un lado tendremos que interpretar de forma amplia y ambiciosa la proyección del Poder Naval sobre tierra, pues las opciones de materialización de la acción anfibia son muchas y diferentes: desde el asalto anfibio hasta la ejecución de acciones en tierra para contribuir a la resolución de crisis, pasando por la presencia naval en zonas en conflicto latente o desencadenado, operaciones de entrada inicial o de evacuación de no combatientes en diferentes ambientes y proporcionar ayuda humanitaria o actuar en situaciones de desastre natural. Y por otro lado, requerirá que perseveremos en las dos facetas esenciales de nuestro carácter, tal y como señalábamos al principio: la capacidad de adaptación al entorno operativo y la naturaleza expedicionaria. (20) Directiva 08/12 de 09 de noviembre de 2012. 458 Abril


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