os con éxito se han producido desde distancias más allá del alcance visual (BVR-Beyond Visual Range) con misiles AAM de Radio Frecuencia (RF), o dentro del alcance visual con misiles AAM de RF e IR. La experiencia ha demostrado que el hecho de que una capacidad sea técnicamente viable no necesariamente significa que sea operativamente útil en un escenario de combate actual, como sucede, por ejemplo, con la probabilidad de derribo de un misil AAM, normalmente mal interpretada. La probabilidad de derribo por AAM (PK) depende del número de misiles a lanzar necesarios para conseguir el derribo de un adversario. Esto a su vez afecta a consideraciones como el número de AAM configurados en un avión de combate, que influirá también en el tamaño requerido de dicho avión y/o en el número de cazas necesarios para contrarrestar a los adversarios potenciales. El elemento en que se basa la PK del AAM es la probabilidad de derribo por un único disparo (Single Shoot Kill-PSSK). A partir de este parámetro, se calcula la proporción de AAM para el Pk requerido, que depende a su vez de otros factores, como los ensayos de disparos reales y simulados contra perfiles de objetivos adversarios potenciales, usando los aviones y sensores de misiles que serían empleados en la realidad. Los ensayos en el período anterior a la Guerra de Vietnam estimaron un PK para el misil AIM-7 Sparrow del orden del 0.70. El PK real demostrado durante el conflicto de Vietnam fue del 0,09 (56 derribos de 612)2. Desde el advenimiento de los misiles AAM BVR, se han registrado aproximadamente 663 de los derribos aire-aire por fuerzas occidentales e israelíes. El 16.1% (107 de 663) de los derribos han sido con misiles aire-aire, de los cuales solamente el 3,9% (26 de 663) han sido BVR3. En la evolución inicial del combate BVR, hubo problemas inherentes que redujeron significativamente los intentos de conseguir disparos BVR por las tripulaciones aéreas, principalmente americanas e israelíes. Desde 1991, el 45% (22 de 49) de los derribos conseguidos han sido BVR. Estadísticamente, parece un incremento excepcional. Sin embargo, ¿hasta qué punto podemos considerar este dato aplicable? En conflictos como la Guerra del Golfo y Kosovo, no hay informes oficiales de empleo de contramedidas electrónicas (ECM) por aviones de combate adversarios, algunos sin radar o con él inoperativo. Todos los combates se llevan a cabo en condiciones de superioridad o igualdad numérica, operando bajo el C2 de medios como los aviones de alerta temprana tipo AWACS. El he- 876 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2013
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