Editorial

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 828

Editorial completamente expedicionario E Un Ejército del Aire L Ejército del Aire es desde sus orígenes esencialmente expedicionario. La voluntad de los primeros aviadores, unida a la capacidad inherente de las aeronaves para ser desplegadas, reveló, prácticamente desde su nacimiento, la capacidad de proyección de la rama más reciente de las Fuerzas Armadas. Había transcurrido solamente un año y medio desde la creación del Servicio de Aeronáutica Militar cuando el Gobierno ordenó llevar a cabo la primera expedición. El 18 de octubre de 1913 el capitán Kindelán recibió un telegrama con la orden de trasladar su escuadrilla a Tetuán. Cuatro días después todo el material, incluyendo los aviones, había sido cargado en un tren que partía de la estación del Mediodía hacia Algeciras. Cruzaron el Estrecho rumbo a Ceuta, y de allí se dirigieron a su destino final en Sania Ramel, lugar escogido para establecer el aeródromo. El 2 de noviembre de 1913, tan solo quince días después de recibida la orden, un Nieuport VIM realizaba la primera misión en tierras africanas. La abnegada eficacia demostrada por aquellos primeros aviadores es la piedra angular sobre la que se asienta la actuación de la aviación militar española a lo largo de los cien años transcurridos desde entonces. RAS aquel despliegue africano vinieron muchos más. En ocasiones se llevaron a cabo labores de cooperación para el desarrollo, T como la misión realizada en Guinea Ecuatorial durante quince largos años. En otras, las misiones se derivaron del compromiso español en la lucha por la estabilidad mundial y contra el terrorismo internacional. Tal es el caso de los destacamentos realizados en Kuwait, Kirguistán, y más recientemente en Yibuti, Afganistán y Senegal. El más joven de los Ejércitos españoles tiene a gala haber sido el primero en participar con una fuerza desplegada en una operación de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas (Namibia 1989). Asimismo, el Ejército del Aire participó con el Destacamento Ícaro en Aviano (Italia) en la primera misión de combate realizada por la OTAN en toda su historia. Está claro que nuestra no tan larga historia es muy rica en misiones lejos de nuestras fronteras. Sin embargo, lejos de pretender “dormir en los laureles” cosechados con tantas misiones bien realizadas, el Ejército del Aire ambiciona a convertirse en una organización completamente expedicionaria. Para alcanzar esta meta se está desarrollando el concepto de adquisición de capacidades mediante módulos desplegables (DAM). Este es el caso de las capacidades de Mando y Control expedicionarias ya incorporadas a nuestro inventario, como el Centro de Control de Misiones Aéreas (AOC-D), Vigilancia e Identificación (ARS-D), o el Centro de Operaciones de Base (BOC-D). El siguiente objetivo es poder llegar a constituir una Base Aérea de despliegue sin apoyo de nación anfitriona. O debe olvidarse que España ha adquirido importantes compromisos con sus aliados, como el de ser capaz de liderar N un Mando Componente Aéreo Multinacional (JFAC), o el de aportar una Agrupación Aérea expedicionaria con un escuadrón de aviones de combate polivalentes y los medios de apoyo al despliegue necesarios para un periodo de cuatro meses. En todo caso, más allá de los medios de proyección y apoyo necesarios, el pilar básico sobre el que se está construyendo una institución que sea plenamente expedicionaria es el personal. Es necesario que todos los profesionales del Ejército del Aire tengan la formación y disponibilidad para ser desplegados allí donde haga falta cuando así se les requiera. Otro de los caminos emprendidos hace tiempo, y que sin duda ayudará a conseguir los fines marcados de una forma más eficiente, es la cada vez más intensa cooperación con los países aliados. Un buen ejemplo de los pasos que se quieren dar en este terreno es la intención de incorporarnos al Mando Europeo de Transporte Aéreo (EATC en siglas inglesas). Se cumple este mes el centenario del primer despliegue realizado por la Aeronáutica Militar Española. Este aniversario debe recordarnos que la capacidad de proyección que tan solo una fuerza aérea expedicionaria puede proporcionar, convierte al Ejército del Aire en la punta de lanza de la acción exterior del Estado en cualquier tipo de conflicto o situación de riesgo y crisis. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2013 843


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