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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA APORTACIONES

LOS INGENIEROS DEL EJÉRCITO Y EL DESARROLLO DE... 101 Llama la atención que se tuviese la previsión de ir preparando al per-sonal con tanta anticipación, sobre todo habida cuenta de lo inestable de la situación política, estableciendo incluso una escuela donde realizar las prácticas y asignando un sueldo a los alumnos aspirantes. A partir de junio de 1845, el coronel Mathé Aragua no paró de viajar para intervenir personalmente en la determinación de los lugares de em-plazamiento de las torres y resolver sobre el terreno los problemas que se Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2013, pp. 91-136. ISSN: 0482-5748 planteaban. En 1847 el brigadier Varela Limia cesa en su cargo, dejando ya los posos de la telegrafía óptica en marcha. Su testigo lo coge el coronel Mathé, que solicitó para sí mismo el cargo de director general de Telégrafos, porque entiende que no debe agregarse el servicio a otra dirección general. Reivin-dica la necesidad de autonomía, y afirma que la administración central del telégrafo y las líneas mismas se hallan en tanta independencia de Correos como de otro ramo cualquiera del servicio público, tanto en su personal como en el servicio que prestan. Su escrito causó efectos inmediatos y, doce días después de su solici-tud8, se le comisionó para que se ocupara de todo lo relativo al servicio tele-gráfico, dentro del Ministerio de la Gobernación, pero con cierta autonomía. En enero de 1851 le nombraron director general, con el título de director jefe de las líneas. Lo más sorprendente de su actividad para poner en marcha el servicio de telegrafía óptica es que era consciente de que su obra estaba condenada a desaparecer en muy corto plazo. De hecho, todo su trabajo estuvo encaminado más a tener un grupo de personas seleccionadas y entrenadas para el estable-cimiento de la verdadera red telegráfica nacional, es decir, la red de telegrafía eléctrica que sentía próxima, que a la instalación de la propia telegrafía óptica. En el periodo comprendido entre la terminación de la primera línea Madrid-Irún, a finales de 1846, y la instalación de las nuevas líneas Madrid- Valencia y Madrid-Andalucía, José María Mathé estuvo en Barcelona ini-ciando un sistema óptico para el Ejército en plena segunda guerra carlista. Los torreros disponían, como guía para su actuación, de dos instruc-ciones, una de ellas denominada «Instrucción general para los torreros en el servicio telegráfico», impresa en 1846 y firmada por el director general Manuel Varela Limia, y otra «Instrucción general para el servicio de trans-misión », compuesta y redactada por real orden por José María Mathé, e impresa en 1850. 8  Por Real Orden de 14 de junio de 1847.


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