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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA APORTACIONES

106 JOSÉ LUIS GOBERNA CARIDE eran objetivos militares de primer orden en aquella España inmersa en las continuas convulsiones del siglo XIX. El conjunto de la línea de Barcelona, con sus ramales, comprendía nueve comandancias: Madrid, Cuenca, Motilla de Palancar, Valencia, Caste-llón, Tarragona, Barcelona, Gerona y La Junquera. En contraste con lo ocu-rrido en las demás líneas de la red nacional de telegrafía óptica, el funcio-namiento de esta (salvo los tramos de Madrid-Valencia y Tarancón-Cuenca) puede considerarse como un fracaso, no solo por las dificultades invencibles que presentó la zona del Bajo Ebro, sino también por la falta de actividad en el resto de la línea. Una probable explicación parcial a este hecho está en que los principales usuarios de las líneas telegráficas en aquel momento fueron los militares, y Cataluña ya tenía establecidas líneas militares propias como consecuencia de la segunda guerra carlista. c) Línea de Andalucía La tercera gran línea proyectada que entró en funcionamiento fue la de Andalucía. Contaba con 59 torres entre Madrid y San Fernando, en Cá-diz. Tardó más de tres años en construirse en su totalidad y fue entrando en servicio por tramos. En junio de 1850 empezó a funcionar el trayecto Madrid-Puertollano. En febrero de 1853 se construía la última torre en San Fernando. El primer trayecto Madrid-Aranjuez, a causa de las frecuentes estan-cias de los reyes en los Reales Sitios, tuvo siempre especial importancia. En realidad la línea de Aranjuez estuvo funcionando mucho antes que el resto, pues en 1848 ya estaba en servicio. En la primitiva comunicación, la estación cabecera en Madrid era el cuartel de Guardias de Corps, es decir, la misma que para la línea de Irún. Después se cambiaría por el convento de La Trinidad, al principio de la calle de Atocha (hoy Teatro Calderón). En esta línea del sur fueron especialmente conflictivas la travesía de Sierra Morena, los trayectos pantanosos de la Mancha y la zona Sevilla- Cádiz. Otra característica especial de esta línea fue el carácter «marino» de sus cuatro últimas torres en la bahía gaditana, mejor comunicadas por barca que a caballo. Las comandancias de la línea de Andalucía estaban en Madrid, To-ledo, Ciudad Real, Córdoba, Sevilla y Cádiz. Durante los periodos en que funcionaba el servicio real de Aranjuez se establecía en este punto otra co-mandancia provisional. En los últimos tiempos, la comandancia de Madrid se trasladó de hecho a Aranjuez. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2013, pp. 91-136. ISSN: 0482-5748


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