108 JOSÉ LUIS GOBERNA CARIDE La telegrafía eléctrica militar, Ambrosio Garcés de Marcilla, pionero de las modernas telecomunicaciones en España Con la aparición de la pila eléctrica en 1802, descubierta y desarro-llada por el físico italiano Alejandro Volta, se dio un nuevo impulso a la telegrafía eléctrica, pues era una fuente de electricidad en cantidades mucho mayores y mucho más manejable que la electricidad estática. Posteriormen-te, en 1835 Samuel Morse inventaría el telégrafo eléctrico, y con él nacía la transmisión de noticias a mayor velocidad que la del ferrocarril (que comen-zó a desarrollarse por entonces), que, de hecho, tuvo su primera aplicación en las primeras líneas ferroviarias. En España, a pesar de la iniciativa del general Zarco del Valle para importar una telegrafía militar eléctrica (como lo demuestran las comisio-nes al extranjero que realizaron oficiales del Cuerpo de Ingenieros), no se llevó a cabo debido a las necesidades prioritarias de las especialidades de Minadores, Zapadores y Pontoneros, relegando a un segundo plano la de Telegrafistas. Además, las dudas y vacilaciones en el extranjero respecto a si la telegrafía en la guerra debía ser cometido exclusivo del Ejército o del Cuerpo de Telégrafos civil, o mixto, con intervención de ambos, fueron las causas determinantes del retraso en la organización telegráfico-militar. La idea de construir una línea militar de telegrafía eléctrica en Barce-lona surgió en unas circunstancias que se conocen muy bien gracias, sobre todo, a la correspondencia entre Garcés y su amigo Burriel. El capitán gene-ral de Cataluña, Ramón de la Rocha, se disponía en la primavera de 1852 a girar una visita de inspección por el principado y pidió al director de Inge-nieros que designara un oficial del cuerpo para que le acompañase. Garcés sustituyó al elegido en primer lugar, el comandante Francisco de Casanova, socio de la Academia de Barcelona y su futuro introductor en ella, quien dijo tener una llaga en un pie que le impedía montar a caballo. De una forma un tanto improvisada, con el firme apoyo del capitán general, pero con no pocas interrupciones debidas a su destino forzoso al Regimiento de Zapadores, falta de acuerdo inicial por parte de las más altas jerarquías del cuerpo, y dificultades técnicas e incertidumbres sobre si em-plear tendidos soterrados o aéreos, por fin en el año 1853 el capitán de In-genieros don Ambrosio Garcés de Marcilla10, logrará implantar las primeras líneas eléctricas de telegrafía militar en Barcelona, y en la práctica las pri- 10 En 1851 publicó en Barcelona el Tratado de telegrafía eléctrica, primer libro en cas-tellano conocido sobre la materia. En 396 páginas y 7 láminas, Garcés, después de algunas consideraciones generales sobre la telegrafía, divide su obra en tres partes: una primera histórica, una segunda teórica y tercera descriptiva, y terminando con un Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2013, pp. 91-136. ISSN: 0482-5748
REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA APORTACIONES
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