Page 107

MEMORIAL INFANTERIA 63

2 contrarios hasta que el día 23, agotadas las provisiones, con tan solo veinte cartuchos por plaza y sin que hubiesen llegado refuerzos, se vio obligado a abandonar Guernica, rompiendo el cerco enemigo y llevándose a heridos, enfermos y pertrechos. En las inmediaciones de Mundaca, puesto al frente de una pequeña columna, arrolló al enemigo que trataba de cortarle el paso, consiguiendo llegar al puerto, donde embarcó a los heridos. El capitán Villalonga se batió heroicamente en las formidables alturas de Guernica, donde arrebató a los carlistas muchos caballos y efectos, y hasta las mismas cacerolas donde estaban preparando la comida. Habiendo sido reforzados los carlistas el día 19, subiendo su número a 7.000, les atacó con tan solo 1.700 hombres, sin casi municiones, derrotando a su vanguardia y desalojándola de las posiciones que ocupaba, no obstante haber sido herido gravemente. Primer comandante de la Guardia Real de Infantería. Cruz de 1ª clase, Sencilla. Real orden de 26 de mayo de 1839. Primera Guerra Carlista. Acción de Pons (Lérida), el 17 de marzo de 1839. Consiguió levantar el sitio de esta plaza, salvando a la guarnición y a sus habitantes, que estaban refugiados en la iglesia por haber incendiado los carlistas el resto del pueblo. Mariscal de campo y capitán general de Burgos. Cruz de 5ª clase, Gran Cruz. Real decreto de 19 de noviembre de 1845. Primera Guerra Carlista. Pacificación de Maestrazgo. *** Nació en Palma de Mallorca en 1794, ingresando a los catorce años como cadete en el Regimiento de Infantería 2º de Mallorca, en el que fue promovido al empleo de subteniente en 1808. En 1812 se trasladó a la Península, interviniendo en las acciones de Castalla, Tibi, Cocentaina y en la defensa de Alcoy. Más tarde combatió en Cataluña, y en ese mismo año ascendió a teniente. En 1815 ingresó como alférez en el 2º Regimiento de Reales Guardias Walonas. Entre 1815 y 1822 permaneció de guarnición en Madrid, y cuando tuvo lugar el pronunciamiento del 7 de julio de 1822 entró a formar parte del batallón llamado de Leales, constituido por los restos de la antigua Guardia. En 1823 pasó a Palma de Mallorca con licencia indefinida y dos años después tuvo que emigrar a Francia por causas políticas, regresando a España en 1828. No terminaron entonces sus penalidades, pues en 1832 fue acusado en Palma de «exaltadísimo y francmasón», viéndose obligado a huir una vez más a Francia. Al año siguiente, una vez concedida la amnistía general, no quiso acogerse a ella y solicitó continuase la causa que se le había formado y de la que terminó saliendo inocente. En febrero de 1833 obtuvo el ascenso a capitán de la Guardia Real de Infantería, partiendo enseguida hacia Burgos a combatir a las partidas carlistas. Más tarde pasó a Vascongadas, luchando en Marquina, Arrieta y Guernica, siendo propuesto en esta última acción para la Cruz Laureada de San Fernando, que ganaría al año siguiente. En 1835 fue ascendido a segundo comandante de la Guardia Real y, después de combatir en la provincia de Guadalajara al mando de una columna, al año siguiente solicitó el retiro para Palma de Mallorca. En 1838 se le ordenó retornar al servicio, fue ascendido a primer comandante de la Guardia Real y a coronel de Infantería por sus méritos de guerra, pasando en 1839 a combatir a Cataluña a las órdenes del barón de Meer, donde se distinguió en las acciones de Pons, Estany, Peracamps y otras. Trasladado al Ejército del Centro, en ese mismo año, ganó el empleo de brigadier en la acción de los Ángeles de Chulilla. Mandó el Regimiento de Saboya entre 1840 y 1843. Finalizada la guerra, en 1841 intervino en la sofocación de los movimientos revolucionarios del Norte, y en el mes de noviembre del año siguiente en el de Barcelona al mando de su Regimiento, siendo ascendido por ello a mariscal de campo en enero de 1843, concediéndosele el mando de la 1ª División del ejército de Cataluña. Producido el alzamiento contra Espartero, solicitó pasar a la situación de cuartel en Murcia, y a finales de año fue nombrado jefe de las tropas del Maestrazgo, donde luchó contra las partidas carlistas, consiguiendo pacificar el territorio, por lo que fue recompensado con el empleo de mariscal de campo. A finales de 1844 se le dio el mando de las fuerzas que debían intervenir en Marruecos, consiguiendo, tras su desembarco en Ceuta, solucionar la cuestión por medios pacíficos. En 1845 fue nombrado capitán general de Burgos, cuando ya habían sido ajusticiados los dos hijos del general Zurbano, siendo éste fusilado poco después por orden del Gobierno. En 1846 se le trasladó a la Capitanía de Galicia, donde reprimió sangrientamente la rebelión que estalló


MEMORIAL INFANTERIA 63
To see the actual publication please follow the link above