Page 116

MEMORIAL INFANTERIA 63

11 cuencia, expidieron órdenes para reunir allí brevemente todas las tropas del ejército combinado. Era La Albuera un lugar de corto vecindario situado en el camino real que de Sevilla va a Badajoz, distante cuatro leguas de ésta ciudad y a la izquierda de un riachuelo que toma el mismo nombre, formado poco más arriba de la unión del arroyo de Nogales con el de Chicapierna. Enfrente del pueblo había un puente Viejo y otro al lado, paso preciso de la carretera. Por ambas orillas el terreno era llano y en general despejado y con suave declive a las riberas. Yendo hacia Valverde, la tierra se elevaba sensiblemente y daba el ser a unas lomas que se extendían detrás de La Albuera con vertientes a la otra parte, cuya falda por allí lamía el arroyo de Valdesevilla. En estas lomas se asentó el ejército aliado. El Ejército Expedicionario llegó tarde en la noche del 15 y se colocó a la derecha en dos líneas: en la primera, siguiendo el mismo orden, los generales Lardizábal y Ballesteros, que tocaba el camino de Valverde; en la segunda, a 200 pasos, el general Zayas. La caballería se distribuyó igualmente en dos líneas. El ejército anglo-portugués siguió la misma alineación, apoyando su derecha en el camino de Valverde. El general Stewart se situó después de Ballesteros, entre dicho camino de Valverde y el de Badajoz; cerraba la izquierda de todo el ejército combinado la división del general Hamilton, que era de portugueses. Ocupaba el pueblo de La Albuera con las tropas ligeras el general Alten. La artillería británica se situó en una línea sobre el camino de Valverde; la caballería portuguesa junto a sus infantes al extremo de la izquierda, y los ingleses avanzados cerca del arroyo de Chicapadierna, de donde se replegaron al atacar el enemigo. Colocado ya así el ejército, llegó el general Castaños con seis cañones y la división de infantería de don Carlos de España, la cual se colocó a ambos costados de la de Zayas, ascendiendo los recién venidos a unos 3.000 hombres. También se incorporaron al mismo tiempo dos brigadas de la 4ª División Británica al mando del general Cole, que formaron con una de las brigadas de Hamilton otra segunda línea detrás de los anglo-portugueses. La fuerza entera de los aliados rayaba en 31.000 hombres, más de 27.000 infantes y 3.600 caballos. Unos 15.000 eran españoles y los demás ingleses y portugueses, por lo que, siendo mayor el número de éstos, se encargó del mando en jefe, conforme a lo convenido, el mariscal Beresford. Al amanecer el día 15 de mayo comenzaron a escaramuzar los jinetes. El tiempo anubarrado pronosticaba lluvia. A las ocho avanzaron por el llano dos regimientos de dragones enemigos con una batería ligera, mientras la infantería daba indicio de acometer el lugar de La Albuera por el puente. Los españoles empezaron entonces a cañonear desde sus puestos. Los franceses se dirigieron sobre el flanco derecho del dispositivo español, lo que obligó a variar la formación de dicho costado, que ocupaban los españoles, pasando parte de las fuerzas que estaban en segunda línea a cubrir el flanco derecho de la primera, desplegando en batalla y formando con la última martillo, o sea un ángulo recto. El enemigo se adelantaba por el bosque, con la caballería a su izquierda, en el centro la artillería y a su derecha la infantería compuesta de dos divisiones del 5º Cuerpo, mandadas por el general Girard, y de una reserva que lo era por el general Werlé. Cruzaron el Nogales y el arroyo de Chicapierna, y entonces hicieran un movimiento de conversión sobre su derecha, para ceñir el flanco también derecho de los aliados, y aun abrazarle, cortando así los caminos de la sierra, de Olivenza y de Valverde, y procurando arrojar a los nuestros sobre el arroyo Valdesevilla y estrecharlos contra Badajoz y el Guadiana. Mientras que los enemigos comenzaban este ataque, que era el principal de su plan, comenzaban el general Godinot y Briche amagando lo que se consideraba antes en la primera formación centro e izquierda del ejército combinado. Se trabó, pues, por la derecha el combate formal. Lo empezó Zayas, lo continuó Lardizábal, que había seguido el movimiento de aquel general, y se empeñaron al fin en la pelea todos los españoles, excepto dos batallones de Ballesteros, que quedaron haciendo frente al río de La Albuera. Mas lo restante de la misma división favoreció la maniobra de Zayas e hizo una arremetida sobresaliente por el diestro flanco de las columnas acometedoras, contendiéndolas y haciéndolas allí suspender el fuego. Los enemigos, rechazados sobre sus reservas, insistieron muchas veces en su propósito, si bien en balde, pero al cabo, ayudados de la caballería, se colocaron en la cuesta de las lomas que ocupaban los españoles. Corrió en ayuda de éstos la división del general Stewart, que se colocó a la derecha de Zayas; le siguió la de Cole a los lejos y se dilató la caballería para evitar la enclavadura de nuestra derecha en las columnas enemigas, siendo ahora la nueva posición del ejército aliado perpendicular al frente en donde primero habían formado. Por la derecha se adelantó Stewart con la brigada Coulbourne, haciendo retroceder de nuevo a los france


MEMORIAL INFANTERIA 63
To see the actual publication please follow the link above