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LA LEGION 535

Actividades << AGM A lo lejos se escucha el redoble de las cajas de los tambores. Hasta nuestros oídos llegan los acordes de “El Novio de la Muerte”, un cuplé que hace ya años tornó en himno de una singular unidad militar y que esta noche se repite, una y otra vez, por las calles malagueñas. Málaga 2016, Jueves Santo después de la medianoche, Calle Atarazanas esquina con el mercado. El público es numeroso y muy diverso en aquella interminable esquina sembrada de cabezas. Desde muy lejos vemos transcurrir la procesión de Mena. Detrás de un incontable número de personas, divisamos los paños de los guiones legionarios. Detrás, los gorrillos de los gastadores, con cada uno la bocacha de un fusil. Al fi n llega el trono del Cristo. Se trata de la talla encargada por la Cofradía al magnífi co imaginero Francisco Palma García antes de su fallecimiento en 1938 y que realizaría su hijo Francisco Palma Burgos en 1941. Este Cristo ocupa con mérito el lugar del realizado por Pedro de Mena, salvajemente quemado por hordas radicales en mayo de 1931. Esta noche, el Crucifi cado, de incuestionable belleza, sobrecoge. Hay quien se siente abrumado ante Él; quien se sobrecoge ante la solemnidad del momento; quien se ve intimidado por la muchedumbre fervorosa y entusiasta; quien solo por unos momentos se abstrae y reza al Cristo; muchos se esfuerzan por ver a los legionarios y sus símbolos; otros cantan con ellos; algunos sólo miran con sensaciones de confusión y admiración. En el año 1928, La Legión nombró al Cristo de la Buena Muerte su Santo Protector. Desde entonces la relación Legión - Congregación es muy cercana, continua, íntima. La noche del 25 de marzo muchas son las voces que entonan “El Novio de la Muerte”. Se nota el desgaste de las gargantas de los legionarios después de tantas repeticiones, pero no están solos, cientos de voces, miles entre el público, corean el himno legionario: (…) tan audaz y temerario que a La Legión se alistó. La procesión continúa. El trono se levanta, el Cristo de la Buena Muerte asciende. Aplausos. El Crucifi cado se va alejando entre las tenues luces de las farolas. De nuevo “El Novio de la Muerte” mientras la procesión avanza: (…) nadie sabía su historia. A cada paso, las voces se escuchan más lejanas. Finalmente, al fondo de la calle se pierde de vista la imagen titular. Nosotros quedamos sitiados entre la muchedumbre, intentamos no perder la visión de la imagen tras una esquina. Continuamos allí un rato más. La noche transcurre lenta, al ritmo del paso de los nazarenos. Al fi n llega la Virgen de la Soledad. ¡Cuánto sentimiento en una sola noche! 535 · II-2016 37 La Legión


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