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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA

416 EMILIO MONTERO HERRERO la Convención Francesa, por lo que es recompensado con el grado de tenien-te coronel. En la campaña de 1794 participa en la defensa de Irún y en el ata-que y pérdida de Tolosa. Cinco meses antes de la conclusión de esta guerra, fue nombrado Comandante del Parque provisional de Artillería de Tafalla. Asciende a teniente coronel en junio de 1802, y a coronel el 15 de sep-tiembre de 1803, fecha en la que también es designado Subinspector Interi-no de Artillería del Departamento de Lima (Perú), con la misión de reorga-nizar la artillería, maestranzas y fábrica del Perú. Siguiendo las directrices del virrey Abascal, marqués de la Concordia, establece en esas tierras un parque de artillería, una fundición de cañones y una fábrica de pólvoras, con las que se abasteció a toda América del Sur, e incluso a la península cuando fue necesario por la guerra contra Napoleón. Asciende a brigadier el 25 de noviembre de 1810. Por sus grandes dotes de mando y capacidad organizativa, la Junta de Guerra de Lima le nombra Jefe del Ejército Real del Perú, cuyas tropas se encontraban menguadas y con escasa moral tras sus derrotas con los ejércitos procedentes de Buenos Aires al mando del general San Martín. Pezuela, después de organizar las unidades, instruirlas y hacerlas ope-rativas, se dirige a Vicapugio, donde se encontraba el Cuartel General del rebelde Belgrano. Por un terreno muy accidentado y con unas condiciones climatológicas adversas, accede a través de las montañas y se precipita so-bre el enemigo, alcanzando una gran victoria el 1 de octubre de 1813. Por su brillante estrategia y valientes decisiones, cuatro años más tarde se le concede la Cruz de 4ª clase de la Real y Militar Orden de San Fernan-do, según R.D. de 15 de septiembre de 1817. El 14 de noviembre de 1813 ataca de nuevo al ejército insurgente en Ayohuma, al que causa grandes bajas, dispersándole y obligándole a reple-garse en Tucumán, logrando recuperar las ricas provincias de Cochabamba, Chuquisaca, Potosí y Yalta, y evitando la independencia del Perú. La sublevación de Cuzco del 3 de agosto de 1814, seguida de las provin-cias de Puno, La Paz, Huamaga, Huencavelica y Arquipa, dejó a su ejército gravemente amenazado por su retaguardia, e igualmente a vanguardia por los insurgentes de Buenos Aires, considerablemente reforzados y con ele-vada moral después de la toma de Montevideo, verificada en junio de ese mismo año. Ante esta crítica situación, se retira con una pequeña parte de su ejército a Santiago de Cotagaita, enviando a su segundo jefe, el general Juan Ramírez Orozco, quien en rápida campaña consigue someter a las pro-vincias sublevadas. Cuando el general José Rondeau inició la tercera expedición emancipa-dora al Alto Perú, Pezuela tuvo tiempo de recibir al victorioso ejército del Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 359-446. ISSN: 0482-5748


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