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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO SEP 2015

CENTENARIO DE LA CREACIóN DEL ARMA SUBMARINA La base de datos de pesos que maneja el astillero constructor contiene varios millones de líneas, lo que hace que su estimación, a priori, sea una de las tareas más críticas durante el periodo de definición. A lo largo del desarrollo del proyecto y durante la construcción, el astillero debe ajustarse a esa estimación inicial mediante una rigurosa gestión de los márgenes y un control exhaustivo en el pesado de todos los elementos. De alguna forma, el astillero es esclavo de esa primera estimación inicial alrededor de la cual gira todo el proyecto. Esta tarea se realiza inicialmente en base a cálculos paramétricos en los que los datos de proyectos anteriores son esenciales. si tenemos en cuenta la falta de experiencia, de proyectos propios anteriores y las grandes diferencias entre este submarino y los últimos construidos por Navantia, el resultado solamente podía ser que, tarde o temprano, acabaría saliendo a la luz un problema de pesos de mayor o menor magnitud, dependiendo del momento en que se detectara y de la forma en que se hubiera llevado esa gestión de los márgenes de pesos. cuando se tuvo conocimiento del problema, el primer submarino ya se encontraba en un estado avanzado de construcción. Esto obligó a detener todos los trabajos de producción y a no continuar hasta saber con exactitud cuál era la desviación real y qué acciones habría que tomar para su resolución. Desde ese momento se estableció un camino a seguir, durante el cual ha sido necesario revisar las causas que han provocado este desvío, se ha realizado un análisis completo del impacto en los requisitos y se están poniendo en marcha todas las medidas posibles para evitar que puedan surgir problemas similares en el futuro. El rediseño una vez analizada y estudiada la situación del proyecto, solamente cabían dos opciones: reducir pesos o aumentar el empuje (flotabilidad). Finalmente fue necesario acometer ambas y, como consecuencia, se inició un importante proceso de rediseño, el cual ha necesitado algo más de un año para llegar a una nueva definición del submarino y seis meses más para finalizar un diseño preliminar a partir del anterior. Aumentar la eslora del submarino ha sido un nuevo proyecto en sí mismo. Implica cambiar su comportamiento hidrodinámico, recalcular su resistencia estructural, la estabilidad en inmersión y en superficie, redimensionar los tanques de lastre, redistribuir los sistemas a bordo en las partes afectadas por el alargamiento y, por supuesto, analizar el impacto final en los requisitos y especificaciones. Puede decirse que estos han sido los trabajos realizados durante estos más de dos años en los que, aparte de Navantia, ha participado un amplio grupo de oficiales y suboficiales de la Armada (ingenieros y operativos) y se ha podido contar con el inestimable apoyo y experiencia de la us Navy y del astillero General Dynamics Electric boat. 2015 361


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