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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO SEP 2015

CENTENARIO DE LA CREACIóN DEL ARMA SUBMARINA demostrado que se habían solventado problemas fundamentales para una nave de esas características, donde lo más relevante fue lograr lanzar torpedos en inmersión (1), sin que ello supusiera alteración de la cota, porque también había resuelto los problemas que un lanzamiento podría acarrear para el trimado de la nave, que no resultaba afectado. En consecuencia, el ilusionante proyecto de Peral tocaba a su fin, ordenándosele que hiciese inventario de todo el material referente al submarino que tuviera tanto a bordo como en los pañoles de tierra, e hiciese entrega de todo ello a la jefatura del ramo de Ingenieros del Arsenal de La carraca, quedando entonces abandonado en el mismo lugar donde se había botado dos años antes, al considerar el consejo superior de Marina que «...el torpedero eléctrico sumergible ideado y construido por el Teniente de Navío don Isaac Peral no llena las condiciones que su autor prometía...». Esa incomprendida situación provocó la lógica indignación de Peral, y supuso su baja en la Armada a comienzos de 1891 a petición propia, lo que dejaba expedito el camino a otros inventores, extranjeros todos ellos, que al poco lograrían para sus países la gloria por la paternidad de sus ingenios, que ya no tendrían la competencia del español, sobresaliendo entre todos ellos el francés Gustave Zédé con su Gymnote y el irlandés John P. holland con su Plunger, que por esas mismas fechas probaban sus artilugios en Francia y Estados unidos respectivamente, y cuyos frutos no se iban a hacer esperar, de modo que pocos años después surcarán los mares unidades de esa nueva, enigmática, discreta y mortífera arma que iba a ser el submarino. Así, aparte de los dos países citados, en un corto periodo de años pronto van a incorporar a sus armadas este tipo de buques Gran bretaña, Rusia, Japón, Italia, Alemania. Mientras tanto, España, que debía haber sido la primera de esa lista, había quedado desgraciadamente fuera de ella, apeada (2) del tren de la modernidad al que luego habría de «subirse en marcha», quedando de momento, y como tantas otras veces y con tantos otros asuntos a lo largo de la historia, relegada a la triste situación de «verlas venir». No sería hasta casi cuatro lustros después de abandonarse el proyecto de Peral, cuando se volvería a hablar de submarinos en España «sobre el papel», merced a la llamada Ley Maura-Ferrándiz (3) de fecha 7 de enero de 1908 y que (1) La prensa francesa, cuando se hizo eco de la noticia de que Isaac Peral había lanzado con éxito su primer torpedo en inmersión total, se lamentaba de que el español ya hubiese logrado semejante hazaña, mientras que Gustave Zédé no había sido capaz de hacerlo todavía con su Gymnote, dedicando varias jornadas a comentar que el invento francés iba a quedar atrasado respecto del español. (2) Además, y lo que es más triste, por decisión propia de los nefastos dirigentes de la época. (3) Realmente la política española en los últimos compases del siglo XIX y primeros años del XX vivió una época tremendamente convulsa, contabilizándose en el corto periodo de ocho 232 Agosto-septiembre


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