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REVISTA GENERAL DE MARINA AGO SEP 2015

CENTENARIO DE LA CREACIóN DEL ARMA SUBMARINA cuando don Mateo regresó a España desde Estados unidos, fue pasaportado para Italia (10) junto con otros nueve entusiastas voluntarios (11) para supervisar, ahora en los afamados astilleros de Fiat san Giorgio, de La spezia, los submarinos que allí se estaban construyendo y que eran una numerosa serie de 24 unidades diseñadas por el ingeniero italiano cesare Laurenti. Estos buques, aunque en principio su catalogación era la de submarinos costeros y sus características un poco pobres (12) respecto a las del modelo norteamericano, el almirante Miranda debió de pensar que en principio podrían ser muy útiles, sobre todo como escuela, como así resultaría, antes de que vieran la luz los primeros de fabricación nacional, la serie B, que aún tardarían en ser realidad. Así, tras las gestiones oportunas, España pudo conseguir que los italianos se desprendieran de los tres últimos de la serie, que al final resultaron ser muy buena opción, si tenemos en cuenta que por un lado no había mucho donde elegir, y por otro, la Armada brasileña al parecer estaba interesada en ese trío, de modo que el tiempo corría en nuestra contra y no se podía arriesgar a quedarse solo con la unidad adquirida en los Estados unidos. Todo ello nos hace conceptuar la determinación y gestiones del almirante Miranda como fundamentales: primero por añadir el artículo adicional ya mencionado a la Ley, y luego con la adquisición, aparte del Peral, del trío de italianos, que serían bautizados (13) como A-1 Narciso Monturiol, A-2 Cosme García y el A-3, que quedó huérfano de nombre por la sencilla razón de que se consideró que no había ningún otro pionero, aparte del cartagenero, del gerundense y del riojano (14), lo suficientemente significativo como para merecer ser honrado con perpetuar su nombre en una unidad de estas características. (10) cuando terminó la comisión en Italia, sería nuevamente comisionado, esta vez a suiza, para estudiar en la casa sulzer los motores de combustión interna, pues era allí donde se fabricaban. (11) Las 10 personas que formaban el grupo de desplazados a Italia, cuya comisión emprenderían el 2 de junio de 1916, eran los siguientes: dos capitanes de corbeta (don Mateo y Fernando de carranza Reguera), dos tenientes de navío (José cantillo barreda y Eduardo García Ramírez) y seis alféreces de navío (Arturo Génova Torruella, Luis de vial Diestro, Rafael Espinosa de los Monteros, Francisco Regalado Rodríguez, Manuel de Flórez Martínez de victoria y Jesús M.ª de Rotaeche Rodríguez-Llamas). (12) solamente 265 toneladas de desplazamiento en superficie frente a las 500, casi el doble, del Peral. Llevaban además dos tubos lanzatorpedos frente a los cuatro del Peral. Igualmente este último llevaba un cañón retráctil en cubierta, arma de la que también adolecían los italianos. (13) Los nombres a los A-1 y A-2 serían asignados por R. O. de 12 de julio de 1917. (14) Isaac Peral y caballero, teniente de navío de la Armada, inventor y proyectista del primer submarino eléctrico del mundo; Narciso Monturiol y Estarriol, inventor de una pareja de sumergibles que él denominó Ictíneo (o Barco Pez), y cosme García sáez, constructor de otro ingenio sumergible que bautizó como Garcibuzo. 2015 239


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