Page 46

BOLETIN INFANTERIA MARINA 17

en Huelva, por la dirección de la onda expansiva. este tremendo siniestro produjo cerca de 200 muertos y hasta 5.000 heridos. dada su magnitud, las autoridades se vieron desbordadas e incapaces ante tanta tragedia, por lo que se vieron obligadas a pedir todo tipo de ayuda a la provincia entera. Inmediatamente se empezaron a organizar por las autoridades, tanto civiles como militares de todas las ciudades y pueblos, los primeros auxilios para tratar de socorrer al gran número de víctimas que produjo este desastre. la primera ayuda en llegar a Cádiz desde todos los pueblos de alrededor fue la Infantería de Marina de San fernando, «la Gran olvidada». Concretamente eran fuerzas del tercio del Sur. estas fuerzas estaban compuestas por tres compañías: dos de fusiles del «grupo ligero» y otra más de la defensa Pasiva, con zapadores y motobombas. estas fuerzas venían con el teniente coronel ristori y el comandante francisco García raez, además de otros oficiales. Seguidamente llegó otra compañía del Cuartel de Instrucción de Marinería, y entre sus mandos iba el teniente de Infantería de Marina José Peláez Mellado, tío mío, que como ya veremos tuvo una destacada actuación en la «casa-cuna». todas estas fuerzas fueron detenidas a la entrada de Cádiz, en la Cortadura, por un cordón de la Guardia Civil, concretamente por el comandante de dicho cuerpo fernández lópez que estaba al frente de este contingente, pues tenía orden de la superioridad de no dejar pasar a nadie porque se temían mas explosiones. enterado de esto el teniente coronel ristori, trató de contactar lo antes posible con el almirante escrigas, que según información disponible se encontraba con el alcalde, don francisco Sánchez Cossío, en las proximidades del ayuntamiento. 44 bOLETíN DE La iNFaNTEría DE mariNa después de no pocas peripecias y vicisitudes en su camino hasta el ayuntamiento, logró localizarlos y les solicitó permiso para entrar en la zona siniestrada, permiso que le fue denegado inicialmente, pues como ha quedado dicho se temían más explosiones. además se le advirtió de la existencia de unos depósitos de gasolina en las proximidades que, si llegaban a explotar, producirían aún más víctimas. el teniente coronel ristori, por razones humanitarias, solicitó nuevamente entrar en la zona, pues sabía que cerca de allí también estaba la Casa-Cuna, con unos 200 niños y niñas, además de las monjas y otros muchos familiares que vivían en las casas de los alrededores. finalmente, y ante su reiterada insistencia, se le concedió el permiso para entrar en la ciudad, con la única condición de que fuese con personal voluntario. el teniente coronel ristori volvió junto a sus fuerzas, que estaban esperándole en la Cortadura, y pidió voluntarios para acompañarle, llamamiento al que se presentaron más de 90 hombres entre infantes de Marina, Marineros, Guardia Civiles y personal civil. le dijo al comandante García raez que llevara los vehículos lo más cerca posible de la zona siniestrada, para facilitar el traslado de las personas que fueran rescatadas. estos voluntarios, con el teniente coronel ristori al mando, fueron sacando heridos, muertos y personas sepultadas de entre los muchos escombros. los infantes de Marina que llevaban dos motobombas a hombros, avanzando sobre los escombros, postes y cables, fueron entrando hasta las proximidades de la Casa-Cuna. apagaron un incendio que se había producido cerca de los depósitos de combustibles que allí existían, sacando agua de un aljibe de una casa cercana. entraron en la Casa-Cuna y rescataron 173 niños con vida y, desgraciadamente, 26 muertos. decían que el teniente Peláez sacó a más de 10 niños él solo. aquellos voluntarios trepaban por los escombros salvando personas, guiados muchas veces por los gritos de socorro, mientras otros evacuaban a los rescatados. Se continuó así durante bastante tiempo, salvando familias enteras, como es el caso de la familia del fiscal de tasas, la del director de la e.n. Bazán y otras muchas que vivían por aquellas calles. Se escribió mucho sobre esta tragedia, surgieron historias y todo tipo de anécdotas. a modo de pincelada, voy a narrar tres, una triste y desgraciada, otra buena y, la última, realmente curiosa. la primera fue el caso de una niña de cinco años, los mismos que contaba yo entonces, a la que la explosión encontró cuando estaba en la planta alta de la Casa-Cuna, le saltaron los trozos de cristal de un ventanal próximo a su angelical carita dejándola ciega. Con un gran esfuerzo, y como HISTORIA Copia del escrito elevado por el alcalde de Cádiz al gobernador civil sobre la actuación del teniente cornel ristori fernández.


BOLETIN INFANTERIA MARINA 17
To see the actual publication please follow the link above