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REVISTA GENERAL DE MARINA NOVIEMBRE 2014

VIVIDO Y CONTADO un bonito día de otoño el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, enseñando el patrimonio de la Armada a los padres de Victoria. Estaba muy contento, en su interior permanecía el recuerdo de aquella lluviosa tarde de febrero en Chiclana donde se enamoró de ella. Javo clavaba la mirada en su novia mientras explicaba a sus invitados la historia y vida de los marinos que dieron gloria a España en el pasado. Se sentía feliz. Ahora la mayoría de sus amigos se estaba casando y, tal vez, le tocara el turno a él también. Unas semanas después de la visita al Panteón, mientras dormía en su casa de El Puerto, Javo tuvo un sueño: no sabía muy bien cómo había llegado hasta allí. Estaba en su casa viendo la televisión con Victoria, cuando de repente apareció en el CASI. Las obras del edificio terminaban. La primera dotación se iba incorporando, mientras se trabajaba en el campo con los adiestradores. Se construyeron las maquetas del barco, de un avión Harrier y de un helicóptero Sea King. Javo veía en su sueño las cosas tal y como las había previsto. Se abrieron tres búnkeres subterráneos para alojar la maquinaria de control de los adiestradores de las maquetas aeronavales y las bombas que alimentaban al servicio de contraincendios, no solo el del buque, sino de los hidrantes exteriores para los fuegos de derrames y del Harrier. El capitán de navío ingeniero venía de Madrid de vez en cuando para controlar los avances de los trabajos y el resto del tiempo se mantenía informado a través del jefe del CASI, un oficial al que Javo había visto antes pero que apenas conocía. Los alemanes de kIDDE, ya que la dirección de la empresa asignó el trabajo a la sucursal germana, trabajaban en el tendido de las líneas de gas, electricidad, etc. El CASI iba tomando forma. Poco a poco los trabajos se acercaban a su fin y se instalaba el software de control de los fuegos. Pero el sueño de Javo no fue un sueño tranquilo, los problemas crecían, muchas instalaciones no estaban bien acabadas, había bastantes deficiencias y el clima de entendimiento entre Hermes, los alemanes y la Armada se iba enrareciendo. Javo veía en su sueño al capitán de navío ingeniero muy enfadado, con frecuentes discusiones con los contratistas, y la cosa empezaba a entrar en una dinámica problemática. Se prorrogaron los plazos de entrega ante los incumplimientos continuos de la UTE, y aunque algunos problemas se consiguieron solucionar con la llegada de dos ingenieros de kIDDE traídos de Estados Unidos, Hermes se declaró en concurso de acreedores y kIDDE se negó a terminar aquellos trabajos que le correspondían hacer a sus socios. El contrato se cerró, el CASI quedó sin terminar y la dotación con las maletas hechas. Javo se retorcía de dolor en su sueño pero nada podía hacer. Nada más terminarse el contrato, el capitán de navío ingeniero intentó reanudar los trabajos a través de contratos menores mientras se buscaba abrir uno nuevo para instalar el sistema de control de fuegos. Finalmente se logró sacar de nuevo el CASI a concurso, un año y medio después de cerrarse el primer contrato, y fue una empresa española, INDRA, la ganadora del mismo. El contrato con INDRA tampoco estuvo exento de problemas y se sufrieron 2014 733


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