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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 307 JUNIO 2014

zas Armadas aunque su contratación se suspendió en 1986, a excepción del sector sanitario. Posteriormente, en 2004, se eliminaron las cuotas de acceso y se incrementaron las especialidades a las que podían optar. Desde entonces, aunque se siguen las mismas normas que con los hombres en cuanto a selección, contratación y formación, el personal femenino sólo es admitido en las unidades de combate con la autorización expresa del mando superior. En Argelia las mujeres pueden reducir el tiempo de servicio, acogerse a una excedencia y a la baja por maternidad y tienen facilidades de acceso a la vivienda y guarderías. Actualmente, el Ejército Nacional Popular cuenta con un número creciente de mujeres en las áreas de dirección, investigación y desarrollo, enseñanza y administración. En las fuerzas terrestres, el personal femenino está presente en las unidades de mantenimiento, renovación y modernización de los materiales y en las estructuras de apoyo logístico. En las navales, por su parte, están integradas en unidades de combate adaptadas para tripulaciones mixtas y en las fuerzas aéreas, ocupan puestos de responsabilidad en áreas técnicas y administrativas. En la Gendarmería Nacional, hay un número considerable en la policía judicial para la lucha contra el crimen, y, donde no para de crecer su número, es en los servicios médicos militares, hasta el punto de superar a los hombres en algunas especialidades. De hecho, la primera general de la historia de Argelia es una médico. Por su parte, las primeras mujeres en las Fuerzas Armadas tunecinas se vieron en 1960, pero no eran militares sino personal civil. El reclutamiento de mujeres militares fue posterior y no se inició por falta de personal, sino que «fue parte del progreso que vivía el país y que incluía la integración de la mujer en todos los ámbitos laborales», señalaron las representantes tunecinas en el seminario, una teniente coronel, una comandante y una teniente. Miembros del Observatorio Militar para la Igualdad durante el seminario. En 1970 salió la primera promoción de suboficiales femeninos y en 1977, la primera de oficiales en el Ejército de Tierra. Hasta 27 años después no hubo mujeres oficiales en el Ejército del Aire —tres pilotos— y, hasta 2003, en la Armada. Actualmente, el 10 por 100 de los efectivos son mujeres. Las normas de alistamiento son idénticas a las de sus compañeros y están sometidas a las mismas leyes castrenses. «Sin embargo, tanto el estatuto general de los militares, promulgado en 1967, como el general de 1972, no tenían en cuenta la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas. Sólo los reglamentos internos han contado con sus particularidades », señalaron las militares tunecinas. Integración total en las FAS españolas Hablar de mujeres en las Fuerzas Armadas españolas es hablar de normalidad. Más de un cuarto de siglo después de que las primeras entraran a formar parte de los Ejércitos —lo hicieron en 1988—, las militares españolas gozan de los mismos derechos y deberes, están presentes en todos los cuerpos y escalas, pueden ocupar cualquier destino y desempeñan las mismas tareas y asumen las mismas responsabilidades que sus compañeros varones. En el Ministerio de Defensa, el Observatorio Militar para la Igualdad entre Mujeres y Hombres promueve medidas de conciliación de la vida personal, familiar y profesional. Entre ellas están las que permiten aplazar la participación en misiones internacionales a las parejas de militares con hijos menores que hayan sido designados simultáneamente para estas operaciones, las que favorecen la maternidad y la protección de las víctimas de violencia de género y aquellas que facilitan la movilidad del personal de los Ejércitos. Actualmente, en las Fuerzas Armadas españolas hay 15.056 mujeres, lo que representan el 12,5 por 100 del total de efectivos. De ellas, 1.177 son oficiales —26 son tenientes coroneles, el empleo más alto—, 1.005 suboficiales y 12.874 forman parte de la tropa y la marinería. También hay 150 extranjeras, la mayoría de ellas de Colombia y Ecuador. Del resto de países europeos que forman parte de la iniciativa 5+5, sólo Francia, con un 15 por 100, supera los datos españoles en cuanto a presencia femenina en sus Fuerzas Armadas. Portugal cuenta con un 11 por 100 e Italia, con el 4 por 100. En los últimos años, España colabora en la formación de expertos en cuestiones de género que promocionan la participación de las mujeres en la resolución de conflictos en aquellos países donde se desarrollan misiones internacionales. Para ello, junto con Holanda, organiza desde 2011 el Curso Internacional de Asesoría de Género en Operaciones. Junio 2014 Revista Española de Defensa 31


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