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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA Nº 307 JUNIO 2014

cultura LOS Gálvez de la población malagueña de Macharaviaya celebraron el 23 de julio de 1746 el nacimiento de un nuevo miembro. Éste fue bautizado con el nombre de Bernardo, y pronto siguió el ejemplo familiar. Apostó por servir a la Corona en el oficio de las armas, al que sumaría con los años el de la política e incluso puede decirse que se defendió en la diplomacia, otro de los negocios del clan. Bernardo de Gálvez brilló en las dos primeras y, por ello, fue reconocido con los empleos de teniente general, capitán Don Bernardo de gálve z En 1783 el Congreso de EEUU reconoció el papel del militar español en su Guerra de Independencia general de Cuba y virrey de Nueva España. Además, Carlos III le distinguió con el título de conde y le concedió usar la leyenda de Yo solo en su escudo de armas. VOLUNTARIO A LOS 16 Con 16 años, Bernardo se alistó voluntario en el regimiento francés Royal Cantabria, llegado a España para luchar junto al Ejército español contra Portugal. Éste es «el primer dato cierto que se conoce de su trayectoria militar», explica el académico de la Historia y de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Manuel Olmedo, en la biografía que sobre el citado personaje ofrece la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez y Gallardo. Conde de Gálvez en su web (www.asociacionbernardodegalvez.es). El propio Olmedo —especialista en la figura del oficial malagueño— es vicepresidente de dicha entidad, fundada en 2008 para rescatar del olvido y poner en valor la trayectoria de este militar español —y de su familia—, cuya participación fue decisiva en el proceso de independencia de los Estados Unidos de América. En especial, por su atrevida toma de Panzacola (o Pensacola) en 1781. El académico Manuel Olmedo fue también el encargado presentar la vida El pintor de cámara Mario S. Maella fue el autor del retrato que el general malagueño envió a la Cámara estadounidense. de don Bernardo en la conferencia que sobre el ilustre personaje ofreció la Comisión Española de Historia Militar en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional el pasado 7 de mayo. La ponencia de Olmedo se tituló Don Bernardo de Gálvez y, en ella, la protagonista fue la imagen. Un total de 100, entre grabados, cuadros y fotografías —algunas de las cuales se muestran en la banda superior—, sirvieron al conferenciante para guiar a los presentes por la azarosa vida del virrey de Nueva España, última de sus responsabilidades al servicio de la Corona. El primer viaje de Gálvez al Nuevo Continente fue a finales de los sesenta (del siglo XVIII). Llegó entonces al Virreinato de Nueva España, donde su tío José era visitador, lo que conllevaba una reorganización administrativa del territorio y, de paso, impulsó la colonización de las costas californianas. SE MIDIÓ CONTRA LOS APACHES El capitán Gálvez llegó al Regimiento de La Corona, en Chihuahua, donde participó en varias acciones contra las tribus apaches locales, de los que dijo —explica el profesor Olmedo— que eran «muy valientes e intrépidos ... al pelear, lo hacen hasta matar o morir; son magníficos jinetes, siempre atacan por sorpresa». Precisamente, tras una refriega contra ellos en la que salió herido, regresó a España. Corría el año 1772 y, a sus 26 años, ya estaba «curtido en la vida militar» y contaba «con un bien ganado prestigio», asegura el conferenciante. Tres años después fue destinado a la academia militar de Ávila y tomó parte en una expedición contra Argel, base de piratas que hostigaban el tráfico marítimo de la costa sur de España. Fue herido de nuevo y, también, repatriado. Ascendió a teniente coronel en julio de 1776 y poco después fue nombrado coronel del Regimiento Fijo de La Luisiana y 62 Revista Española de Defensa Junio 2014


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