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LA LEGION 526

>>R> eApcotirvtiadjaed Ceesntral El mismo 11, mientras se repartían los certifi cados de jura y se organizaba el cuadro de los jurandos civiles y otros buscaban un lugar donde presenciar el acto militar, saludé a D. Juan Guerrero, de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Albacete. Se desplaza en silla de ruedas y juró hace unos años la Bandera del Tercio “D. Juan de Austria”. Desde entonces, regresa a Almería aquel sábado de enero que La Legión celebra. Intercambié unas palabras con un antiguo legionario D. Juan Ruiz, ahora conduce un camión por las carreteras de Europa, venía acompañado por sus hermanos; también saludé a mi antiguo subofi cial mayor y querido amigo, D. Manuel Cortés Villodres, que ya en la reserva, regresa a su antigua unidad cuando es invitado. Siempre le gusta saludar a sus amigos y recordar esos años no tan lejanos. También me encontré con D. Jesús Cardona, de la Hermandad de Ibiza, otro de los veteranos que nunca fallan a esta cita. Este año, unos españoles refrendaban su amor a España besando la Bandera del Tercio “D. Juan de Austria”. Gente abierta en sus sentimientos, unos jóvenes; otros, ya entrados en años se sacrifi caron esperando de pie, con entusiasmo, para rozar con sus labios el Pabellón de la Patria, aguantando un acto largo, obedeciendo nerviosos las instrucciones de quienes los dirigían. Al fi nal todos recorrieron el trayecto que les separaba de la Enseña y besaron el sagrado paño bicolor. Entre ellos estaba D. Pedro de Artiñano, un miembro de la Hermandad Nacional de Antiguos Caballeros Legionarios de Madrid, era la primera vez que pisaba nuestra base. Fuera del patio, los invitados aguardaban el fi - nal del repetido recorrido. Muchos pensando: el próximo año tengo que jurar. A la vez, los legionarios vivían con disciplina una formación más, la primera que dirigía el coronel Esteban, jefe del Tercio tercero. En aquellos momentos pude saludar al señor D. Manuel Márquez Pavón, ese entrañable veterano de la Guerra Civil, que siempre me refi ere algún recuerdo de la Batalla del Ebro, donde luchó con bravura y resultó herido. Una vez más ha realizado el viaje desde Málaga para ver desfi lar a su Bandera, la séptima, la “Valenzuela”. Finalizada la jura y alejado de la formación de los civiles encontré a D. Juan Carlos Ortega, de la Congregación de Mena, que ha venido desde Málaga para estar con los legionarios una vez más. Intercambiamos unas palabras y hablamos de la revista de la Cofradía “Mena” y de alguno de sus contenidos. D. Abraham García Corrales había venido desde Rio Tinto. Es uno de los supervivientes de aquel combate de 1958 con la XIII Bandera. El único que este 11 de enero podía recordar aquel combate en primera persona en la base de Viator. Viene siempre que le permiten sus obligaciones familiares. Sus hijas, que saben lo que supone esta fecha para este viejo legionario y lo relevan de sus ocupaciones. Me contaba que iba a viajar hasta Canarias donde participaría en otro acto el mismo día 13, en el cementerio, ante las tumbas donde descansan los restos de algunos de los muertos en aquel combate. El siempre emocionante acto de homenaje a los caídos precedió al desfi le de las unidades. El entusiasmo del público se percibía ante el paso de los legionarios en el desfi le, los comentarios se multiplican al pasar cada mascota. La unidad de música y la banda de guerra acompañaba y acompasaba el tránsito de las unidades. Los aplausos se multiplicaron cuan 30 526 · I-2014


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