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LA LEGION 526

RepAocrttiavjied aCdeenst r<a<l<< empuja pasamos al del líder que arrastra. Saltamos de la distancia con respecto a la tropa a la preocupación por el legionario, pasamos a presenciar el reparto y recibir la comida los últimos. Estilos y gestos que ahora nos son comunes pero que en su momento supusieron una autentica renovación. Y tenemos ejemplos como los de Tizzi Azza en el que el propio Jefe del Tercio, el entonces teniente coronel Valenzuela, ante la enconada resistencia de las harcas al amparo de un terreno dominante y plagado de cuevas, conocido entonces como Esponja, con la unidad fi jada al terreno, arrastra con su ejemplo a los legionarios en un gesto de pundonor y valentía que le cuesta la vida. Cerca de 50 legionarios dieron la suya para, siguiendo el Espíritu de Compañerismo, recuperar el cuerpo de su jefe. En aquella guerra hubo delaciones y deserciones masivas. En aquellas circunstancias aparece el gesto de un legionario. Un gesto que marcó un punto y aparte y que sigue sobrecogiendo hoy. Un gesto que impresionó al propio Millan Astray que entonces testigo del mismo como Jefe del Tercio, le otorga el primer lugar cuando en el inicio de su libro La Legion recoge el Cuadro de Honor, Nuestros Muertos, y lo encabeza con: Cabo Suceso Terrero, héroe de La Legión, murió con todos sus legionarios en el Blocao de la Muerte en Melilla, cuando acudió en socorro de la guarnición. Fue en los alrededores de Melilla, en la Segunda Caseta, donde el ofi cial jefe de la 3ª sección de la 1ª Compañía, el teniente Agulla, pidió permiso al mando del sector para acudir en socorro de un blocao destacado, el blocao de la Muerte o del Malo, a punto de caer en manos enemigas. El mando no lo autorizó, permitiendo únicamente, y de convenir, el refuerzo con algunos legionarios. El que fuese allí sabía que lo hacía para dejar su vida. A la pregunta del ofi cial, y es historia, todos los legionarios se presentaron voluntarios dando un paso al frente. El teniente eligió al entonces legionario de primera Suceso Terrero para ser puesto, a las cinco de la tarde del día 15 de septiembre, al frente de quince compañeros y acudir a una muerte segura. Lucharon y algunos murieron para poder acceder al blocao. Esa noche, en el curso del combate, el legionario Suceso Terrero asume el mando de los defensores. Finalmente fueron muertos a cañonazos. Suceso Terrero Lopez, hijo de Ciriaco y Modesta, de Hormilla, riojano, muerto a la una de la madrugada del 16 de septiembre de 1921. Al legionario Suceso Terrero, honesto y cargado de dignidad, nadie le empuja, nadie le ordena, nadie le arrastra con el ejemplo y esta es la diferencia. Fue el propio legionario, y sus quince compañeros, verdaderos novios de la muerte, los que la afrontan voluntarios, porque ellos están allí, porque hay que hacerlo y no es necesario que se lo ordenen. Es el propio legionario el que personaliza el ejemplo y arrastra. El entonces legionario de primera Suceso Terrero es y será referencia eterna para La Legión. Su gesto, este gesto, sobrepasa a cualquier otra unidad. Es historia, es la historia de La Legión y, para su mayor gloria, historia del Ejercito Español. Por eso tenemos que recordarlos siempre, a nuestros muertos, porque si no serán olvidados. Nosotros no vamos a olvidar que murieron por los españoles y que gritaron y se desangraron en aquella tierra. Eran y son de los nuestros, La Legión no olvida a sus muertos. JEFE DE LA FUERZA MANDE FIRMES Legionarios: todos ellos formaron en esas fi las, en las de La Legión. Fueron ellos los que dieron a La Legión el prestigio y la gloria de que ahora disfruta. En reconocimiento a todos aquellos que nos han precedido, a todos aquellos que un día sirvieron en La Legión. Damas y Caballeros Legionarios, Con el gorro en la mano izquierda y el brazo en alto gritad conmigo: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva La Legión! 526 · I-2014 33


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