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BOLETIN INFANTERIA MARINA 19

HISTORIA APUNTES SOBRE LAS OPERACIONES… Casi podría decirse que las fuerzas sutiles constituían una guerra de guerrillas de la Marina española, con algunas, pocas, operaciones de cierta entidad. Casi siempre participaron soldados de marina, aunque por lo general en pequeño número; aún así se mostraron normalmente muy activos, como siempre había sido, y es, tradicional en el Cuerpo de Infantería de Marina. Pasemos a enumerar muy someramente algunas de estas acciones, no sólo anfibias – que superan sobradamente el medio centenar-, sino de abordaje a buques en la mar o en puerto, ataques al cañón e, incluso, operaciones tierra adentro en los ríos grandes de la península. Es preciso citar también las operaciones de transporte del poder militar por mar y de la proyección del poder naval sobre la costa, que forma parte de esa mentalidad naval y anfibia amplia que poseen las grandes marinas. La guerra contra Napoleón en la Península Ibérica sigue siendo un ejemplo de cómo el poder naval tiene un profundo impacto estratégico sobre las campañas en tierra3. A lo largo de toda la guerra los aliados operaron por líneas exteriores; por contra, sus adversarios podían hacerlo por líneas interiores, pero con cierta lentitud por el mal estado de los caminos. 1808. En el transcurso del año anterior y de éste, el ejército del mariscal Junot, con tropas francesas y dos divisiones españolas, invade Portugal y ocupa Lisboa. En España, mientras, los franceses se van posicionando en la Península, ocupando puntos clave para mantener sus comunicaciones con Francia, bien por la desidia e indecisión de las autoridades españolas, bien por la traición de Napoleón. Por indicación suya, hace enviar fuera de la Península a nuestras mejores tropas: a Dinamarca y Portugal. 3 Hell, Christopher D. Wellington’s Navy. Sea Power and the Peninsular War. Pág 233 Mariscal Jean-Andoche Junot Ya en febrero, tres meses antes de iniciarse las hostilidades, el jefe de escuadra Cayetano Valdés condujo sus buques a Mahón –en contra de las órdenes recibidas de llevarlos a Toulon4- para evitar que cayeran en manos francesas. En mayo, estalla un motín en Madrid al llevarse las tropas del mariscal Murat la familia real a Francia, que es reprimido sangrientamente. En el momento de producirse el levantamiento contra los franceses, aún con los puntos clave fronterizos en sus manos5, las comunicaciones con su metrópoli distaban mucho de ser seguras con una población alzada en armas. Los invasores son rechazados en algunos puntos y pierden la escuadra de Cádiz (con activa participación de la infantería de marina de los buques surtos en bahía) y un navío en Vigo y, en julio, la derrota de Bailén les hace retroceder hasta la línea del Ebro para poder asegurar sus comunicaciones con Francia. Tres semanas después de iniciado el alzamiento en Madrid, Cartagena, base naval y plaza fuerte, 4 Parece ser que este oficial tenía instrucciones concretas, secretas y por escrito, del primer ministro Godoy de no ir bajo ningún concepto a un puerto francés (fue en febrero de 1808). Esto se supo después, al ser sometido a consejo de guerra por desobediencia, del que salió absuelto. 5 Irún, Burgos, Pamplona, Figueras, Barcelona se levanta y se pronuncia por la causa nacional. Los ingleses reaccionan con celeridad y en julio, atendiendo a las diversas peticiones de las varias juntas regionales, empiezan a abastecer por mar de armas y pertrechos a las tropas españolas en el Cantábrico; Vigo, Coruña, Ferrol y Santander, así como otras ciudades de la cornisa norteña, se decantan contra Francia y empiezan a batirse contra sus tropas. Santander, en manos españolas desde el inicio de la sublevación –que junto con Valencia, en levante, presentaba gran interés para los franceses, que querían evitar fuera utilizada como base avanzada por los aliados-, es sitiada por Soult y su defensa se apoya en una división naval española y alguna fragata inglesa, pero al final cae la plaza ante el empuje de dos divisiones francesas. Se realizaron incursiones anfibias españolas contra los emplazamientos de la artillería gala que batía la plaza, situada en los morros de la bahía y, por tanto, próxima a la mar, pero no fueron suficientes para parar el golpe. En Portugal, a principios de agosto el general Wellesley desembarca con 9.700 hombres en la ría del Mondego, lejos del grueso francés – con un golpe de mano anfibio captura previamente y por sorpresa el fuerte de Figueira da Foz, que domina la boca-, y espera unos días los 4.700 hombres del general Spencer que le llegan de refuerzo. Jornadas después, otras dos brigadas británicas –con unos 5.000 hombres adicionales desembarcan con oposición en Maceiras, siendo protegidas por la flota y, desde tierra, por Wellesley, que se ha dirigido hacia allí flanqueado por la escuadra. Con esas tropas el inglés corta las comunicaciones francesas, quedando Junot bloqueado en Lisboa, con una larga línea de comunicaciones a su retaguardia interceptada por una población alzada en armas contra Napoleón, tanto en Portugal como en España. Ello obliga a los franceses a capitular, firmando los acuerdos de Cintra y, en poco tiempo, Inglaterra es capaz de concentrar cerca de 58 BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA


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