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BOLETIN INFANTERIA MARINA 19

HISTORIA APUNTES SOBRE LAS OPERACIONES… General Arthur Wellesley, Duque de Wellington 50.000 hombres (incluyendo portugueses y otros aliados) en la capital lusa, transportando todo su potencial y aprovisionamientos por mar. Esta ciudad pasa a ser la gran base logística británica, y por ende aliada, de la Península. Al poco, Wellesley es llamado a Inglaterra para comparecer ante un consejo de guerra por haber acordado en Cintra unas condiciones juzgadas demasiado favorables para el ejército de Junot, consejo del que sale absuelto. A su partida, el general Moore asume el mando del ejército expedicionario británico. De Lisboa saldrá el ejército británico para interceptar las comunicaciones enemigas con Francia después del repliegue galo a consecuencia de la batalla de Bailén. En España, la ofensiva de octubre de la Grande Armée, dirigida personalmente por Napoleón, aparte de derrotar uno tras otro todos los ejércitos españoles que se le oponían y entrar en Madrid, consigue empujar también al ejército expedicionario británico hacia Vigo y Coruña. Pero Napoleón debe partir con urgencia a Centroeuropa para enfrentarse allí a una nueva coalición levantada contra él, por lo que encomienda al mariscal Soult la persecución de los británicos. En Cataluña, el general Duhesme, jefe del disperso cuerpo de ejército de observación6 francés que 6 En la terminología militar francesa de la época, las unidades de observación aseguraba las comunicaciones con la metrópoli, queda bloqueado por tierra y mar en la capital catalana, pero algunas tropas francesas consiguen acudir en su socorro y mejoran ligeramente su situación. En julio, tropas españolas procedentes de Menorca, transportadas en mercantes y en alguno de los buques de guerra que tan sabiamente había sabido preservar Valdés, refuerzan la plaza de Tarragona, que iba a jugar un papel de primerísimo orden los siguientes tres años como gran base logística y del ejército de operaciones en Cataluña. En otros escenarios, fragatas españolas y británicas apoyan con sus fuegos las tropas de migueletes y somatenes7 que, en la ruta de la costa, detienen con cortaduras en el camino a las unidades de los generales Chabran y Duhesme en la zona de Arenys de Mar, San Pol y Calella, aunque consiguen forzarlas. Duhesme intenta tomar Gerona en dos ocasiones, pero fracasa, lo mismo que Hostalrich8, y Napoleón, alarmado por la poca guarnición que quedaba en Barcelona, le ordena regresar por temor a perder esa plaza. Camino de regreso por la ruta de la costa, son hostigados nuevamente por los fuegos de faluchos y cañoneras españolas y de dos fragatas británicas. Lo mismo tenían como cometido dar cobertura lejana a los despliegues y a las operaciones principales del grueso, y, de ser necesario, se empeñaban en combate para ganar el tiempo suficiente (a veces 36 o 48 horas) que permitiera al grueso reaccionar y maniobrar. 7 Los somatenes eran considerados por los franceses como paisanos armados, siendo muchas veces ejecutados como bandoleros si eran capturados; los migueletes, en cambio, aún cuando actuaran como guerrilleros, casi siempre fueron considerados como lo que eran: tropas de milicias o de reserva, uniformadas, es decir, como parte del Ejército español y tratados como prisioneros de guerra. 8 Ambas plazas dominaban la entrada de la principal ruta de comunicaciones de Cataluña, en la depresión prelitoral catalana (de 200 x 15 Km), milenaria ruta que atravesaba de nordeste a sudoeste el Principado. sucedió con Chabran, que formaba la retaguardia de la columna en retroceso hacia Barcelona. En este mismo mes el general Reille, desde Figueras, intenta apoderarse por sorpresa de Rosas con su división, pero fracasa debido a la determinación de los defensores y al apoyo naval y de tropas llegadas por mar, que refuerzan la plaza. En noviembre, el general Gouvion Saint-Cyr penetra en fuerza en España por Cataluña con un cuerpo de ejército de 25.000 hombres, 2.000 jinetes, y abundante artillería. Dos de sus divisiones ponen sitio a Rosas -generales Reilly y Pino- con un fuerte tren de sitio, y otras dos, las de los generales Souhan y Chavert, se constituyen en divisiones de observación frente a la posible reacción de las tropas españolas en el Ampurdán. La defensa de la plaza contaba con apoyo naval inglés y español: un navío de línea y varias fragatas británicas y lanchas cañoneras españolas para socorrerla con sus fuegos, así como destacamentos de desembarco para reforzar los puntos débiles; la posición era importante para los aliados como base para cortar las comunicaciones terrestres y marítimas de Barcelona con Francia, siquiera fuera intermitentemente, aparte de constituir un magnífico puerto desde el que apoyar logísticamente al Ejército español de Cataluña y a las tropas y guerrillas desplegadas en la zona. La villa contaba para su defensa con la plaza fuerte y con el castillo de la Trinidad9, que 9 La plaza fuerte (a veces denominada ciudadela) se empezó a construir en 1552, siendo modificada varias veces a lo largo de los siglos XVII y XVIII; se construyó por orden de Carlos I para defenderse de franceses y de la flota otomana aliada; sufrió casi una docena de asedios desde el siglo XVI al XIX. El castillo de la Trinidad se levantó en 1544, en una posición dominante, para proteger el puerto. Estaba bien artillado y podía albergar unos 350 combatientes, disponiendo de cisternas y pañoles con capacidad suficiente para aguantar largos períodos de asedio. Está dominado por una serie de elevaciones en los contrafuertes del Puig Rom, donde los france- 59 BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA


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