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BOLETIN INFANTERIA MARINA 19

HISTORIA APUNTES SOBRE LAS OPERACIONES… fica la línea de Torres Vedras12 en la península en cuyo extremo sur se asienta Lisboa, convirtiendo a esa ciudad en su base de operaciones, donde aprovisiona, refuerza y apoya desde la mar a su ejército. Éste sigue incrementándose y Wellesley busca ensenadas alternativas para desembarcar y coger de flanco, o del revés, a las tropas que se aproximen para atacarle, previendo por otra parte reembarcar en la bahía de Estoril – protegida por la tercera línea de fortificaciones si las cosas vinieran mal dadas. Estas fortificaciones resistirán las acometidas de los mariscales Ney, Soult y Massena. Desde ellas se lanza Wellesley a la ofensiva, como un “resorte” (o hacia ellas se repliega en ocasiones en busca de seguridad), apoyando su flanco derecho en un cuerpo de observación y el izquierdo en la mar, donde está presente la flota que le protege y avitualla en las rías del Mondego y del Aveiro. En sus periódicos repliegues hacia Lisboa sigue contando siempre con el flanqueo naval y el apoyo logístico de la flota. Mientras el general Wellesley lleva a cabo estas acciones, el coronel Pablo Morillo (infante de Marina hasta Bailén), reconquista Vigo gracias a la superioridad naval aliada, y se libran bajo su mando con éxito varios combates en Ponte Sampayo, con participación de tropas de marina y lanchas cañoneras para mantenerlo. En abril se reocupa Ferrol, abandonada por Soult, y se re- 12 En realidad eran tres líneas paralelas y escalonadas en profundidad, que apoyaban el flanco derecho en el estuario del Tajo y el Mar da Palha, donde operaban flotillas de lanchas cañoneras británicas y portuguesas, y el izquierdo en la mar, donde escuadras de la Royal Navy le proporcionaban seguridad. Constaban de unos 150 reductos fortificados, artillados con 400 cañones y guarnecidos por 33.000 británicos, 30.000 portugueses y, en aquel momento, también por los 6.000 españoles del marqués de La Romana. Además, hizo fortificar parte de la orilla izquierda del rio Tajo por si la artillería francesa intentaba batir sus flotillas de cañoneras en el estuario de ese río y en el Mar da Palha. cuperan todos los navíos y fragatas allí estacionadas, aunque el arsenal y sus pertrechos fueron completamente destruidos por los imperiales en retirada. Coronel Pablo Morillo Las fuerzas navales aliadas siguen mostrándose y amenazando la costa y los puertos para dispersar las fuerzas enemigas y poder aprovisionar al Ejército regular español o a las guerrillas que operan cerca de la mar. Las rías gallegas son frecuentadas por los buques ingleses por sus excelentes abrigos. En el Cantábrico, el mar le sirvió al marqués de la Romana para retirarse con sus veteranas tropas desde Gijón –había sido atrapado en una pinza formada por tropas del mariscal Ney procedentes de Galicia y las del general Bonnet que avanzaban desde Santander-, desembarcando después en Ribadeo e iniciando una campaña de apoyo a la guerrilla gallega. En la costa asturiana tienen lugar algunas operaciones anfibias para hostigar la retaguardia de las tropas francesas en sus operaciones contra Vivero y Mondoñedo. Particularmente interesantes son los desembarcos con fuerte oposición llevados a cabo por las tropas del general Ballesteros en Figueirúa y Porcillán, en la ría de Ribadeo, junto a esta localidad. Por esos días, en la costa vascongada, tropas de desembarco españolas en buques de guerra ingleses y españoles, llevan a cabo golpes de mano en Lequeitio, Baquio y Plencia, y realizan otro fallido contra Bermeo. El general Ballesteros, que con el apoyo del coronel O’Donnell operaba por la costa, ataca y se apodera momentáneamente de Santander, contando con apoyo naval y tropas de desembarco. Ante la vigorosa reacción francesa, consigue retirarse a tiempo por mar, no sin antes llevarse consigo los 1.100 prisioneros que había capturado de la guarnición enemiga. En el Mediterráneo, en abril, se produce un importante movimiento de tropas no francesas del ejército de Bonaparte, que se habían pasado al servicio de España, y para las que es menester encontrar buques de transporte en Mataró y otros puertos cercanos para dirigirlas a otros destinos, entre ellos Tarragona, pues son muy numerosas. Se abastece Gerona con convoyes desembarcados en Palamós y San Feliu de Guíxols, con participación, entre otros, de tropas del 4º Regimiento de Marina. Se refuerza Amposta y Tarragona con otros socorros enviados por mar desde Cartagena, entre ellos un batallón del 4º Regimiento de Marina, de 1.200 hombres –éste último queda en Amposta y destaca en la defensa de la plaza, cayendo prisionero al capitular la guarnición, año y medio después-, así como artillería y aprovisionamientos llegados desde Cádiz, Málaga y Almería. 61 BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA


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