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BOLETIN INFANTERIA MARINA 19

HISTORIA APUNTES SOBRE LAS OPERACIONES… desembarco españoles y británicos - de los batallones de marina, royal marines y de otros cuerpos- embarcados a bordo de seis fragatas británicas y ocho lanchas armadas españolas, e incursiona sobre Santoña, guarnecida por tan sólo una compañía; captura 50 embarcaciones y destruye algunos cañones. Al retirarse sobre Santander, bate en Galiazo a otro destacamento enemigo y hace 250 prisioneros. Después de esto contramarcha hacia el este, hacia la costa vascongada, desembarcando el día 10 en Bermeo. La defensa enemiga, desconcertada y desorganizada, carece de reservas para empeñarlas en el lugar y momento oportuno, pese a desplegar en la cornisa cantábrica alrededor de 20.000 hombres, entretenidos la mayoría en tareas de vigilancia y guarnición, sin que dispongan de suficientes unidades para reaccionar a cualquier eventualidad. El brigadier español se mueve embarcado con sus tropas a lo largo de la costa, saltando a tierra durante el día y reembarcando por la noche, en pos de otra posición. En uno de esos desembarcos hace una leva entre el paisanaje, regresando a La Coruña con 300 efectivos más de los que habían salido. En total en ese raid efectuó cuatro desembarcos anfibios, capturando barcos, cañones y municiones, haciendo unos 500 prisioneros y aumentando su fuerza con los reclutas comentados. A principios de agosto realiza una nueva expedición, desembarca en la ensenada de Cuevas del Mar, entre Llanes y Ribadesella, marcha sobre Potes y recorre el borde provincial entre Santander y Asturias, fraccionando sus fuerzas en varios destacamentos que penetran en la provincia de Santander por Liébana, Toranzo y Reinosa, batiendo algunos destacamentos de la división del general Avril, que los envía contra él desde Bilbao. Después vuelve a Asturias y entra en Oviedo21. En octubre tiene lugar otra expedición militar dirigida contra los 21 Martínez-Valverde, Carlos. La Marina en la Guerra de la Independencia, 1974, pp 114-116. puntos de la costa ocupados por los franceses. Es la llamada Expedición Cántabra. Proyectada por la Regencia en Cádiz, sus objetivos eran: 1) apoderarse de Santoña y de Guetaria, fortificando el primero; 2) destruir las fábricas de municiones de Egüy y Orbayceta; finalmente, 3) cortar los principales caminos, especialmente el real de Irún. La verdad es que la expedición al final se dirigió contra objetivos distintos de los planeados. El mando lo ostentaba el mariscal de campo Mariano Renovales. Salió de La Coruña a mediados de octubre, avanzada la estación. Se componía de 800 ingleses, tres batallones de españoles con unos 1.900 hombres y una brigada de Artillería de Marina, además de una compañía de infantería de marina formada por las guarniciones de los buques de guerra españoles participantes; unos 3.000 hombres en total. Fueron embarcados a bordo de 15 transportes escoltados por varias fragatas y corbetas españolas, y lanchas cañoneras para el bombardeo de costa y apoyo a las tropas desembarcadas. Al pasar por Ribadeo se les agregaron varias fragatas y corbetas inglesas. Atacaron Gijón por mar, mientras por tierra, coordinando la acción, lo hacían al día siguiente las tropas de Díaz Porlier, Castañón y Escandón. Desembarcaron en la ensenada de Arnau, donde hoy está el puerto de Musel. Los franceses que defendían la plaza se retiraron hacia Oviedo, pero fueron reforzados con 2.500 hombres y volvieron. Con ello se dio por terminado el golpe de mano, reembarcando la fuerza anfibia y alejándose hacia el interior la que había colaborado por tierra. Convoy y escolta se dirigieron seguidamente a Santoña con intención de desembarcar y ocupar dicha plaza, pero una vez en el fondeadero entró tiempo duro que obligó a hacerse de nuevo a la mar, perdiéndose algunos buques pequeños, bombardas y cañoneros casi todos. El grueso de la flota entró después en Vivero, pero un nuevo temporal hizo embarrancar una fragata y un bergantín español contra la costa, donde murieron la mayoría de las dotaciones y tropas embarcadas. A partir de ese fracaso anfibio aliado los franceses aprendieron la lección y fortificaron concienzudamente Santoña, convirtiéndola en una base de aprovisionamiento y de corsarios que resistió hasta el fin de la guerra en Europa, en 1814. Entre los proyectos que se presentaron a la Regencia en julio de este año está el del coronel Luis Pons para desembarcar un cuerpo de unos 20.000 hombres en el sureste de Francia, en el Rosellón, en el étang de Salces, paraje muy ventajoso (escenario ya conocido por la infantería embarcada del Tercio de Armada, en 1639, cuyo imponente castillo tomó al asalto moviéndose inesperadamente en embarcaciones por la albufera, en vez de hacerlo por la parte de tierra, como esperaban los defensores). El proyecto, interesante, fue desechado, como casi todos, por falta de medios. En octubre, en la costa andaluza, el coronel Cruz Mourgeón desembarca tropas y abastecimientos en Algeciras, con destino a Ronda, para las tropas comandadas por el Jefe de Escuadra Serrano Valdenebro. Ese mismo mes 2.500 hombres ingleses, polacos y españoles desembarcan en Fuengirola y Málaga al mando de lord Blayney para incomodar a Sebastiani; pero, en plena operación, los polacos se pasan al enemigo y los aliados se ven forzados a retirarse, siendo el Regimiento Imperial de Toledo quien cubre el reembarque, incorporándose después a las tropas situadas en la serranía de Ronda. 1811. Las frecuentes incursiones anfibias y ataques simultáneos de buques y tropas desde la mar, y de unidades del Ejército y de la guerrilla desde tierra, a determinados puertos cántabros y asturianos ocupados, seguía obligando a los franceses a mantener dispersos en la costa a decenas de miles de hombres. Tal era la presión y la continuidad de las acciones aliadas que, finalmente, en el mes de abril, el general Bonnet, falto de efectivos suficientes para hacerles frente, evacúa la cornisa 65 BOLETÍN DE INFANTERÍA DE MARINA


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