Decidir no es otra cosa que elegir entre dos o más opciones ante una situación concreta. En el momento que nos inclinamos por una de las alternativas posibles puede entenderse que renunciamos totalmente a las no elegidas. En este sentido y, dado que la Inteligencia está enfocada en apoyar la toma de decisiones correctas, el impacto de optar por la vía adecuada es innegable: el asesoramiento recibido en forma de inteligencia puede condicionar la decisión que se adopte.
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