1812 fue el año en que Napoleón empezó a retirar tropas de la península para llevarlas a Rusia. El Emperador pretendía mantenerse a la defensiva en España para retomar la iniciativa una vez que hubiera derrotado al Zar. José I había quedado oficialmente al mando de las tropas imperiales. Sin embargo, el mayor de los Bonaparte carecía de autoridad real sobre los mariscales que mandaban los distintos ejércitos y entre estos últimos reinaban las rivalidades. Para empeorar aún más las cosas, Napoleón seguía dirigiendo la guerra desde la distancia.
Disponible