Durante el periodo al que se refiere este informe, la industria de defensa, como muchos otros sectores de la economía productiva, sufrió las consecuencias de la pandemia y crisis económica derivada por el COVID-19. Las empresas del sector supieron adaptarse a esta nueva situación y la nueva normalidad que sobrevino. No obstante, los efectos de la crisis son variables en función del subsector, el tamaño de las empresas, las líneas de actividad o producto, las dependencias de sus cadenas de suministro o la nacionalidad de la cartera de clientes, entre otros muchos factores. Así, finalmente, la facturación ascendió a 6.582 millones de euros, de los cuales un 82 % son exportaciones, y generaron cerca de 27.000 empleos directos en actividades exclusivas de defensa.
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