Surgida por la acumulación de materiales volcánicos desde fondos submarinos de 3.000 metros de profundidad, la isla de Fuerteventura es la más vieja y la segunda más grande del archipiélago canario. Sus paisajes actuales son el resultado de una lucha titánica entre el volcanismo (construcción) y la erosión (destrucción), que se ha prolongado a lo largo de los últimos 22 millones de años.
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