Es interesante constatar que para ingleses y españoles existe un cierto paralelismo entre el concepto de reputación, tal y como se empleaba en el siglo XVI, y el moderno concepto de disuasión.La necesidad de crear y mantener una reputación internacional resultaba clara para los países más poderosos de entonces, como medio indispensable de desarrollar en los pueblos y en los hombres una moral que, contrarrestando su fuerte dependencia de los fanatismos religiosos, favoreciese en ellos una auténtica capacidad de acción colectiva.
Agotado