Desde su creación, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha sobrevivido a importantes cambios mundiales. Para lo cual, ha sido determinante su capacidad de adaptación a las nuevas situaciones. Actualmente, está inmersa en un proceso de transformación con la finalidad de adecuar sus estructuras a las nuevas amenazas. El eje de esta transformación radica en conseguir las capacidades militares necesarias para combatir al nuevo enemigo. Con tal fin, se desarrolló el Proceso de Planeamiento de Defensa (DPP), con el que la Alianza pretende asegurarse que los Estados miembros asignarán, cuando sea requerido, fuerzas con las capacidades suficientes para cumplir su misión.
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