El archipiélago balear goza de una importante posición estratégica en el Mediterráneo. Esto unido a las debilidades defensivas del reinado de Carlos II (1665-1700), puso en peligro la unidad política de sus diferentes islas frente a las ambiciones territoriales que sobre estas tenían franceses, holandeses e ingleses. Esta obra analiza las condiciones defensivas de las islas Baleares durante este periodo, las complicadas circunstancias humanas y materiales de los regímenes militares asentados en las islas, así como la situación creada tras las continuas solicitudes de soldados mallorquines por parte de la Corona.
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