Si consideramos que la expresión cooperación al desarrollo engloba el conjunto de actuaciones, de todo orden en el espectro social, cuyo último objetivo es la impulsión del progreso económico y social. Si asumimos que es la justicia el principio básico y límite infranqueable de las acciones. Si acordamos la progresividad de las actuaciones y responsabilidades desde el orden local o regional en un principio y la posterior extensión al ámbito global. Si estamos convencidos de la necesidad de la presencia de actores tanto privados como públicos, y conjuntos o combinados, alineados o no a nivel internacional. Si estamos persuadidos de que todo este submundo está motivado por la desigualdad básica del ser humano, como consecuencia de situaciones injustas o desfavorables, provocadas por el hombre o la naturaleza, aunque normalmente especialmente derivadas de conflictos y enfrentamientos, propios, permanentes e inseparables de la especie humana…
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