Su vida transcurrió entre el infinito mar y la reclusión del estudio al que siempre fue muy aficionado pues, como escribió a su padre en 1778, “andamos siempre y vivimos en un elemento donde la menor falta precedida de ignorancia nos cuesta la vida”. Este libro recoge la correspondencia íntima de un militar y hombre de ciencia como fue Churruca en la que vierte sus opiniones y críticas ante la situación de la armada del momento. Se trata de un epistolario de 176 cartas entre 1773 y 1806, la mayoría dirigidas a su padre, Francisco de Churruca, y otras misivas de interés histórico y personal. La edición anotada de las cartas es una obra imprescindible para conocer la faceta humana de una de las figuras más importantes de la marina ilustrada, ejemplo de dignidad en el desempeño del deber y la búsqueda incesante de conocimiento.