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No obstante, la convivencia no es complicada cuando hablamos de un personal profesional y voluntario que trabaja en un submarino dentro de un régimen de vida militar. Esto no significa estar tenso, más bien todo lo contrario. Todos conocen y dominan su espacio de trabajo y su área de descanso, sabiendo que todos dependen de todos y son imprescindibles cada uno de los miembros de la dotación para llevar a cabo con éxito la misión. Lejos de exagerar, en base a mi experiencia en las diversas unidades en que he estado embarcado a lo largo de mi carrera, donde he encontrado una convivencia aún más estrecha y llena de compañerismo ha sido a bordo de los submarinos. Esto no significa que en el resto no lo sea, en absoluto. P.—Siendo España pionera en la integración total de la mujer en el Arma Submarina en relación a países de nuestro entorno, ¿Considera que esta integración ha llegado a un nivel aceptable? 26 BIP ¿Cree que se siente totalmente integrada? Efectivamente, creo que nuestra Armada fue una de las naciones pioneras en la incorporación de mujeres en los submarinos siguiendo a otras como Noruega, Suecia y Australia, que ya las tenían. Fue en marzo del año 2.000 cuando se designaron las cinco primeras mujeres para hacer el curso de aptitud elemental de submarinos. Considero que esta incorporación inicial de la mujer, que no integración, por la razón que fuera se llevó a cabo de forma algo precipitada. De hecho, los submarinos no estaban preparados para acoger al personal femenino. Por ello inicialmente se necesitaron grandes dosis de disciplina, pautas, paciencia y comprensión por parte de las dotaciones para convivir y mantener una ya difícil intimidad. Actualmente podemos decir que se ha llegado a un nivel razonablemente aceptable en cuanto a la integración a la que hace referencia. Por sus especiales características, un submarino sigue sin reunir los estándares adecuados que poseen otras unidades de la Armada, si bien se han efectuado modificaciones que facilitan la vida y rutina a bordo. P.—¿Cree que la imagen del Arma Submarina se divulga satisfactoriamente en los distintos centros de enseñanza de la Armada (ENM, ESUBO, ESCAÑO, ESENGRA) de cara a la captación de nuevas vocaciones? ¿Cómo se podría mejorar? Como dice el conocido refrán «una imagen vale siempre más que mil palabras », la mejor manera de conocer el Arma Submarina es «in situ». No obstante, considero que se hace una labor de captación adecuada en los centros de enseñanza de la Armada, con las limitaciones inherentes a los medios que disponen y en el marco de las necesidades y prioridades de personal. La realidad es que actualmente hay un número suficiente de marineros que ven al Arma Submarina como una posible opción en su carrera y solicitan hacerse submarinistas. Sin embargo, es necesario concentrar los esfuerzos para que este personal, una vez ascendido a cabo 1.º o Suboficial, regrese y continúe su trayectoria a bordo de estas unidades. P.—¿En qué medida el Submarino S-80, que supone un gran avance tecnológico va a significar un cambio en la preparación y desempeño de funciones del personal, y como se está afrontando en la Base y Escuela para preparar adecuadamente a las futuras dotaciones? Respecto al apoyo logístico que la Base presta a la Flotilla, el concepto no variará. Las necesidades de apoyo serán más o menos parecidas a las que se prestan a los submarinos actuales. Los cambios de infraestructura necesarios para acomodar los S-80 ya están definidos hace tiempo. Consisten básicamente en modificar los puntos de atraque, dándoles más calado, puesto que el S-80 es más grande que los submarinos actuales y más grandes de lo que se proyectó en un principio. Así mismo, es necesario modernizar las instalaciones de almacenamiento y tratamiento de baterías. Y dado que las dotaciones serán bastante reducidas, está prevista la creación en la Base lo que llamamos un Segundo Escalón de Mantenimiento. Este será un grupo de submarinistas que ayudarán al personal de a bordo a llevar a cabo ciertos mantenimientos de primer y segundo escalón, y otras tareas como el embarque y desembarque de armas, el tratamiento de baterías, la carga de aire comprimido, víveres o el manejo de combustible. En cuanto a la enseñanza de los nuevos submarinistas, ésta seguirá también el mismo esquema que en la actualidad. Es decir, la Escuela de Submarinos seguirá impartiendo los cursos de aptitud y especialidad a los nuevos submarinistas, cursos que ya hemos comenzado a adaptar de cara a la incorporación de los S-80. Además de ello, tanto la primera dotación del S- 80 como los profesores de la Escuela recibirán una serie de cursos monográficos impartidos por el astillero constructor. Respecto al adiestramiento de las futuras dotaciones, ya están instalados y en pruebas en la Escuela de Submarinos los nuevos simuladores de plataforma y táctico para los nuevos submarinos. El contar con estos simuladores con anterioridad a la entrada en servicio del primer S-80 constituye un hito importantísimo, ya que nos va a permitir el elaborar, probar y validar los procedimientos operativos, tanto de navegación y seguridad en inmersión, como del empleo de las armas y del sistema de combate. P.—En su opinión, ¿el Arma Submarina en el futuro seguirá concitando vocaciones entre las nuevas generaciones? Como he mencionado antes, la vocación de ser submarinista va pareja con la juventud e implica aventura, riesgo, sacrificio y el orgullo de pertenecer al Arma Submarina, por lo que estoy convencido que seguirá habiendo vocaciones. Además, esta vocación se verá potenciada por el futuro submarino S-80 que les atraerá con mucha más fuerza. Ahora bien, no se deberá nunca olvidar que esta vocación y afición deberán ser preservadas mediante la valoración apropiada de los destinos del Arma Submarina. ¡AD VTRVMQUE PARATVS!


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