POTENCIA DE FUEGO DE LOS CARROS Y BLINDADOS (1.ª parte) - Francisco Fernández Mateos coronel de Caballería (Reserva)

MEMORIAL DE CABALLERIA 79

Orgánica y Materiales 60 MATERIALES POTENCIA DE FUEGO DE LOS CARROS Y BLINDADOS (1.ª PARTE) Francisco Fernández Mateos coronel de Caballería (Reserva) Indudablemente, la potencia de fuego es la principal característica de los carros y de determi-nados tipos de blindados, especialmente los modelos básicos y algunas versiones especiales como los portamorteros o cazacarros, por ejemplo. Sin embargo, partiendo del hecho de que cada uno de esos vehículos debe cumplir cometidos diferentes, concluiremos que aquella debe ser estudiada de manera independiente. Es fácil comprender que no tiene nada que ver la potencia de fuego de un carro con la de un blindado de reconocimiento o la de una ambulancia, por citar solo tres casos. De ahí que para una mayor claridad en la exposición y evitar confusiones, trataremos por separado las siguientes categorías: Carros de Combate (CC), entre los que se encuentran los modelos ligeros sobre chasis de ruedas y cadenas; Vehículos de Combate de Infantería/Caballería (VCI/C); Vehícu-los de Reconocimiento y Combate (VRC); Piezas de Artillería Autopropulsada (ATP); Lanzacohetes Múltiples (MLRS); Portamorteros (VPM); Vehículos de Defensa Contracarro o Cazacarros (VDC); Vehículos de Defensa Antiaérea (VDAA); y otros vehículos. El armamento principal de todo carro es un potente cañón diseñado expresamente para hacer fuego con puntería directa. CARROS DE COMBATE Su potencia de fuego depende fundamentalmente del armamento principal y secundario, pero sin olvidar que las municiones y dirección de tiro son totalmente imprescindibles para lograr una mínima eficacia. ARMAMENTO El armamento principal de todo carro, independientemente de su categoría y configuración, debe ser un potente cañón diseñado expresamente para realizar fuegos con puntería directa, siendo muy importante que incorpore también varias armas más ligeras (principalmente ametralladoras) que le sirvan tanto para defenderse a distancias cortas como para atacar objetivos no protegidos, ahorrando así los siempre escasos proyectiles de cañón.


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