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126 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 2 / 2013 manos de China, con los consiguientes riesgos. 16 Es obvio que una drástica retirada de fondos, -no comprando los nuevos bonos emitidos- haría mucho daño a los Estados Unidos, tanto en la cuantía como en la forma. El Tesoro tendría que buscar prestamistas alternativos, casi con toda seguridad a tipos de interés más elevados y en menores cuantías, y el presupuesto federal tendría que ser reducido con toda urgencia. Los efectos negativos son grandes, porque las actividades corrientes que se financian con esos presupuestos quedan muy afectadas si los recursos se reducen de forma muy brusca. Como ejemplo, el presupuesto para combustible de las Fuerzas Armadas sería afectado, reduciendo su operatividad en el corto plazo. La cuestión fundamental aquí es si ese supuesto es probable o no. A nuestro entender no lo es. Los excedentes de la Balanza por Cuenta Corriente de China han de invertirse (signo negativo de la Balanza por Cuenta Financiera) en activos en cualquier parte del mundo que sean seguros y rentables a la vez. Además, dada la magnitud de los excedentes, la cuantía de los activos ha de ser también muy elevada. Hoy por hoy es difícil encontrar activos por valores de miles de millones de dólares que ofrezcan una buena combinación de rentabilidad y seguridad y que no sean los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos. Por tanto, la posibilidad que tiene China de diversificar el destino de esas inversiones es reducida. Puede hacerlo, pero con el coste de obtener menor rentabilidad, mayor riesgo y de operar con muchos prestatarios, en lugar de uno sólo. Todo junto nos lleva a mantener su improbabilidad. El gobierno chino puede dar la orden de no invertir más en estos Bonos del Tesoro, pero los perjuicios se repartirían entre los dos países. Esta era también la opinión en 2011 de Leon Panetta, el Secretario de Defensa, cuando dijo, en un informe enviado al Congreso: “Los intentos de utilizar los Bonos del Tesoro como un instrumento de coerción tendrían un efecto limitado, y es muy probable que perjudicasen más a China que a los Estados Unidos” Desde luego, siempre queda la posibilidad de que, si se produce un conflicto abierto entre ambos países, China podría utilizar su inversión como un arma, aunque tuviese también efectos perjudiciales para los asiáticos. Pero nuestro análisis no contempla esta situación, sino que apunta a cómo los desequilibrios globales entre China y Estados Unidos afectarán en el futuro inmediato a la relación de fuerzas entre ambos países. Y ya hemos mostrado más arriba que eso es lo que va a ocurrir, si no está ocurriendo ya. No hace falta que China exhiba ningún tipo de arma coercitiva, asegurando que no comprará más Bonos del Tesoro de Estados Unidos, para que eso vaya a suceder de forma inexorable. Washington tiene que preocuparse por su déficit, y reducirlo. De lo 16  Hillary Clinton, cuando era candidata a la Presidencia en 2007 escribió una carta en ese sentido a Ben Bernanke, Presidente de la Reserva Federal, y a Henry Paulson, Secretario de Estado del Tesoro. En su campaña para las elecciones a la Presidencia en 2012 Mitt Romney incidió en el mismo punto.


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